Se va a acabar el año y no me has
besado.
No estoy seguro de que tú lo tengas
tan presente como yo pero para mí es una realidad ineludible. Me
podría poner a hacer las típicas listas con lo mejor y lo peor del
año que se va, con los buenos propósitos o las metas para el año
que viene pero he decidido quedarme sólo con esto: se va a acabar el
año y no me has besado.
No estoy seguro de que tú lo tengas
tan presente como yo pero me gustaría pensar que estás leyendo esto
y piensas que debería decir que se va a acabar el año y no nos
hemos besado.
No es lo mismo. Quiero que nos besemos.
Pero se va a acabar el año y no me has besado. No me atrevo.
Necesito que nos besemos. Aún estamos a tiempo.
Para dejar de pensar que se va a acabar
el año y no me has besado...
(Y si no lo has hecho, nos lo apuntamos
como propósito de año nuevo. No se me ocurre ninguno mejor. Te
espero...).