No paraba de dar vueltas en la cama. Como siempre. No dejaba de darle vueltas a todo. Recordé que yo era muy del número 21. Muy de Dominique porque llevaba el número 21. O al revés. Me lo imaginé ganando el concurso de mates que le ganó Michael Jordan injustamente porque era en Chicago, la casa del Hijo del Viento. Le di vueltas a una historia que nunca fue pero que perfectamente pudo haber sido. Si Dominique hubiera ganado aquel concurso todo hubiera sido diferente. No sé si mejor o peor, pero diferente. Lo único importante en aquel momento, en la noche, cuando no paraba de dar vueltas por la cama, es que no podía quitarme de la cabeza aquella historia. Como tantas otras. 21 historias. Simultáneas y entrelazadas. Pero sobre todo recordaba a Dominique y me lo imaginaba ganando aquel concurso de mates.
Otra noche sin poder dormir pensando en cosas estúpidas o fuera de lugar. Me acerqué la pantalla del móvil a los ojos para ver bien la hora en la que estaba penando aquella noche y vi que tenía whatsapps nuevos. 21 whatsapps nuevos. Concretamente 21. Y de la misma persona.
Y con el mismo texto:
“Soy tu primer amor:
No me hagas recordar lo mal que lo hiciste.”
Apagué el móvil para evitar que entraran más whatsapps. No quería que jodieran el 21. El texto de los 21 era el mismo y era perturbador como pocas cosas que hubieran llegado nunca a ningún móvil. Pero eran 21 y eso querría decir algo.
Intenté dormir y volví a pensar en Dominique Wilkins. Pero de repente lo vi coger un móvil y miré para otro lado. En todas partes había gente cogiendo móviles. Y sin salir de la cama ni de mi imposibilidad de dormir, me metí en el armario. Entonces fui consciente de todo lo que no me dejaba dormir. El drama de ver que no te puedes poner aquella prenda porque has crecido y no te cabe. No por engordar, sino porque has crecido. Pensaba que es uno de los dramas del mundo contemporáneo y se ha escrito poco sobre ello. Incluso el mundo está montado mirando a otro lado, creando tallas y asumiendo que según crecemos hemos de comprar ropa más grande con total naturalidad. Pero es un dramón darte cuenta de que creces y no te vale la ropa que tenías porque ya no te cabe. Aunque recibas 21 whatsapps de tu primer amor y en todos ponga lo mismo.
B.S.O.: "Someone like you" (Sexy Sadie)
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