¿Recuerdas el verano aquel? Era como este, pero sólo hacía calor normal, no como dicen de este que bate records ahora. O éramos niños y no nos importaba tanto porque te encantaba provocar que te hiciera aguadillas en la piscina.
No era fresco aquel verano.
No era fresco, pero para nosotros, que éramos niños y disfrutábamos de la piscina y de la inocencia de los días sin clase, no tenía nada que ver con este que está invadido por el pesimismo existencial del infierno de los termómetros desbocados.
Por aquel entonces, alguien de nuestro entorno la conoció. ¿Se tiene entorno cuando se es niño? Lo cierto es que alguien nos habló de ella. Era la novia de Karate Kid. ¿Qué era Kárate Kid? Nadie sabía como se llamaba, pero ya existía. No sé si para nosotros, que éramos niños que jugaban inocentemente en la piscina, pero existía. Pero en nuestro entorno ¿Hay entorno cuando se es feliz en una piscina haciéndose aguadillas? Había gente mayor que la descubrió.
Años después, otro verano aún más caluroso, la conocimos un poco más. Era un verano con unas temperaturas peores que las del verano cuando apareció la novia de Karate Kid, pero aun así era mejor que este que vivimos ahora que, según parece, es el peor de la historia.
Aquel verano ya no nos metíamos tanto juntos en la piscina.
Empecé a sospechar que no te apetecía igual que antes provocarme para que te hiciera aguadillas. Y tú hablabas de Tom Cruise. Y yo, no sé si por despecho por no provocarme para que te hiciera aguadillas o porque ese verano hacía mas calor que en el que apareció la novia de Karate Kid pero menos que en este infernal que estamos viviendo hoy, desprecié al chico de las bebidas y descubrí a una chica con la que jugaba en el agua, aunque no le provocara que le hiciera aguadillas. No sabía su nombre, aunque sí el de Tom Cruise (y bien que lo supe tiempo después) pero la amé sin saberlo, aunque meses después no la recordara y descubriera que me fijé en ella simplemente por despecho a ese Tom Cruise al cual consideraba culpable de que ya no quisieras provocarme para hacerte aguadillas en la piscina.
Cuando tú tenías ojos sólo para Tom Cruise, yo la miraba en Cocktail jugando en el agua, y luego la olvidé.
Luego llegó con ganas de Regreso al Futuro cuando yo ya sólo miraba al pasado.
Cuando mi mente estaba en las temperaturas de aquel verano en el que me provocabas para que te hiciera aguadillas. Y allí estaba ella, en esos veranos que eran mucho peores a aquel primero, aunque mejores que este invadido por el aire subsahariano, y jugaba con Michael J. Fox en la segunda y la tercera parte de una trilogía de un Regreso al Futuro que evocaba a mi pasado provocado por ti, por tu deseo de ser presa de mis aguadillas.
Hasta que pasó lo que siempre pasa:
Y dejé por fin de pensar en las aguadillas y me sumergí en mi vida disoluta hasta conocerla guiando al memo de Nicolas Cage en su viaje a la autodestrucción en la mágica e inevitable Las Vegas.
Y ahí te encontré por fin: SERA. La prostituta más bella que conocí jamás. La meretriz más comprensiva que nunca existió. La compañera de caída más comprensiva que pueda aparecer tras unos billetes sin importancia.
Busqué en mis bolsillos algo con lo que traerte a mi lado. Maldije el día en el que supe dónde estaba Las Vegas y lo difícil que podría ser llegar a ti. Desesperé de angustia al saber que nunca podría beber hasta la muerte porque nunca estarías a mi lado.
SERA
Estos días se subasta España para que un tal Sheldon Adelson construya por aquí Eurovegas. Todos ponen el grito en el cielo porque se le pone una alfombra roja a alguien para que traiga juego y vicio a costa de lo que sea, haya que modificar las leyes que haya que cambiar o quitar.
Yo no lo recibiré. No tiene mi apoyo. Sé que no podrá traerme a SERA.
Sabiendo que SERA no existe.
Como no existe aquel verano que era como este, pero sólo hacía calor normal, no como dicen de este que bate records ahora.
Como no existe la piscina en la que te encantaba provocar que te hiciera aguadillas en la piscina.
Como no existes tú.
Hubiera preferido que nunca hubiera existido Nicolas Cage, pero no soy yo quién decide las cosas. Ni siquiera cuando hacía aguadillas bajo provocaciones de Elisabeth Shue.
Ahora tengo miedo de que todo esto sea MENTIRA.
Que Las Vegas sean un lugar utópico donde nadie ha estado jamás. Que el niño del Kárate regrese al futuro para tomarse unas cockteles con alguien desconocido y que ese no seas tú porque no eres más que un recuerdo tramposo, de algo no vivido.
¿Recuerdas aquel verano?
Dicen en todos los informativos que este que estamos empezando a vivir es peor que nunca.
Quizás no existan los informativos o sean MENTIRA.
Yo sólo sé que Elisabeth Shue si existió. Al menos en mi cabeza. Como todo esto que te cuento.
Y lo peor de todo, es que estoy aterrado porque pienso que Elisabeth Shue puede estar ahora colgando fotos de gatitos en Instagram...