martes, 26 de junio de 2012

Me aterra pensar que Elisabeth Shue pueda estar ahora colgando fotos de gatitos en Instagram



¿Recuerdas el verano aquel? Era como este, pero sólo hacía calor normal, no como dicen de este que bate records ahora. O éramos niños y no nos importaba tanto porque te encantaba provocar que te hiciera aguadillas en la piscina.

No era fresco aquel verano. 



No era fresco, pero para nosotros, que éramos niños y disfrutábamos de la piscina y de la inocencia de los días sin clase, no tenía nada que ver con este que está invadido por el pesimismo existencial del infierno de los termómetros desbocados.

Por aquel entonces, alguien de nuestro entorno la conoció. ¿Se tiene entorno cuando se es niño? Lo cierto es que alguien nos habló de ella. Era la novia de Karate Kid. ¿Qué era Kárate Kid? Nadie sabía como se llamaba, pero ya existía. No sé si para nosotros, que éramos niños que jugaban inocentemente en la piscina, pero existía. Pero en nuestro entorno ¿Hay entorno cuando se es feliz en una piscina haciéndose aguadillas? Había gente mayor que la descubrió. 




Años después, otro verano aún más caluroso, la conocimos un poco más. Era un verano con unas temperaturas peores que las del verano cuando apareció la novia de Karate Kid, pero aun así era mejor que este que vivimos ahora que, según parece, es el peor de la historia. 

Aquel verano ya no nos metíamos tanto juntos en la piscina. 

Empecé a sospechar que no te apetecía igual que antes provocarme para que te hiciera aguadillas. Y tú hablabas de Tom Cruise. Y yo, no sé si por despecho por no provocarme para que te hiciera aguadillas o porque ese verano hacía mas calor que en el que apareció la novia de Karate Kid pero menos que en este infernal que estamos viviendo hoy, desprecié al chico de las bebidas y descubrí a una chica con la que jugaba en el agua, aunque no le provocara que le hiciera aguadillas. No sabía su nombre, aunque sí el de Tom Cruise (y bien que lo supe tiempo después) pero la amé sin saberlo, aunque meses después no la recordara y descubriera que me fijé en ella simplemente por despecho a ese Tom Cruise al cual consideraba culpable de que ya no quisieras provocarme para hacerte aguadillas en la piscina. 

Cuando tú tenías ojos sólo para Tom Cruise, yo la miraba en Cocktail jugando en el agua, y luego la olvidé.

Luego llegó con ganas de Regreso al Futuro cuando yo ya sólo miraba al pasado. 

Cuando mi mente estaba en las temperaturas de aquel verano en el que me provocabas para que te hiciera aguadillas. Y allí estaba ella, en esos veranos que eran mucho peores a aquel primero, aunque mejores que este invadido por el aire subsahariano, y jugaba con Michael J. Fox en la segunda y la tercera parte de una trilogía de un Regreso al Futuro que evocaba a mi pasado provocado por ti, por tu deseo de ser presa de mis aguadillas.


Hasta que pasó lo que siempre pasa: 

Todo empieza en una copa. 
Todo comienza con el alcohol... 






Y dejé por fin de pensar en las aguadillas y me sumergí en mi vida disoluta hasta conocerla guiando al memo de Nicolas Cage en su viaje a la autodestrucción en la mágica e inevitable Las Vegas.

Y ahí te encontré por fin: SERA. La prostituta más bella que conocí jamás. La meretriz más comprensiva que nunca existió. La compañera de caída más comprensiva que pueda aparecer tras unos billetes sin importancia.

Busqué en mis bolsillos algo con lo que traerte a mi lado. Maldije el día en el que supe dónde estaba Las Vegas y lo difícil que podría ser llegar a ti. Desesperé de angustia al saber que nunca podría beber hasta la muerte porque nunca estarías a mi lado.

SERA





Estos días se subasta España para que un tal Sheldon Adelson construya por aquí Eurovegas. Todos ponen el grito en el cielo porque se le pone una alfombra roja a alguien para que traiga juego y vicio a costa de lo que sea, haya que modificar las leyes que haya que cambiar o quitar.

Yo no lo recibiré. No tiene mi apoyo. Sé que no podrá traerme a SERA.

Sabiendo que SERA no existe. 

Como no existe aquel verano que era como este, pero sólo hacía calor normal, no como dicen de este que bate records ahora. 

Como no existe la piscina en la que te encantaba provocar que te hiciera aguadillas en la piscina.

Como no existes tú.

Hubiera preferido que nunca hubiera existido Nicolas Cage, pero no soy yo quién decide las cosas. Ni siquiera cuando hacía aguadillas bajo provocaciones de Elisabeth Shue.

Ahora tengo miedo de que todo esto sea MENTIRA

Que Las Vegas sean un lugar utópico donde nadie ha estado jamás. Que el niño del Kárate regrese al futuro para tomarse unas cockteles con alguien desconocido y que ese no seas tú porque no eres más que un recuerdo tramposo, de algo no vivido.


¿Recuerdas aquel verano? 

Dicen en todos los informativos que este que estamos empezando a vivir es peor que nunca. 

Quizás no existan los informativos o sean MENTIRA

Yo sólo sé que Elisabeth Shue si existió. Al menos en mi cabeza. Como todo esto que te cuento.



Y lo peor de todo, es que estoy aterrado porque pienso que Elisabeth Shue puede estar ahora colgando fotos de gatitos en Instagram...




miércoles, 20 de junio de 2012

Planté las semillas que me diste y han florecido alcachofas moradas no comestibles





“No inventamos nada, creemos inventar cuando en realidad nos limitamos a balbucear la lección, los restos de unos deberes escolares aprendidos y olvidados, la vida sin lágrimas, tal y como la lloramos.
 Y a la mierda.” 
(“Molloy”, Beckett)






...Y sin embargo, seguimos besándonos. 
Como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Las lágrimas se mezclaban con la saliva.
Nos dio igual por un rato. 
Más tarde nos resultó desagradable.


...Y empezamos a llorar más fuerte.
Y nuestras lágrimas se mezclaron entre ellas, como acostumbramos a mezclar nuestra saliva a nuestro antojo.








Pensamos que quizás deberíamos follar para mezclar más fluidos y que no fueran sólo las lágrimas o la saliva.


...Y follamos mientras llorábamos cada vez más. 
Y nuestro sabor se hizo cada vez más insoportable.
Y sin embargo, dejamos de besarnos. Como se paran las cosas que no tienen mucho sentido.


Pero tampoco tienen sentido las alcachofas moradas, ni que me regales semillas en lugar de un buen libro, una película o un disco.


Y todo se reduce a que estoy, exactamente, donde quiero estar...


Besos





B.S.O.: Strawerry fields forever (The Beatles)


lunes, 18 de junio de 2012

Anticrónicas de Conciertos en lasgafasdemike.com: La Barbie vuelve y no se llamaba Lola



Simplemente, a modo informativo, les informamos que la Barbie volvió a salir de conciertos, pasó por el Festival Territorios de Sevilla, y los amigos de Las Gafas de Mike tuvieron a bien dejar constancia de ello.




Previamente, 29 razones nos dieron Los Suaves para pensar que no se llamaba Lola, con profusión de maravillosas instantáneas de Maese Cámara, que también va dejando su obra en una cuenta de flickr por si tienen a bien deleitarse con ella.

Los Suaves en La Riviera (FOTO: Álvaro Hernández)




¡Salud y buenos alimentos!

viernes, 15 de junio de 2012

Escritos con (sin) dedicatoria



Hace algún tiempo empecé a escribirTE una novela. Creía que era lo que esperabas de . Lo hacía en los ratos muertos que el trabajo de enterrador me dejaba al cabo del día, o en los momentos de lucidez que aportaba mi otra ocupación como camello de estrellas del rock.

La gente dejó de morirse por la crisis y el rock se fue al carajo con la llegada de la incultura a las escuelas e institutos.

Empecé a enterrarme drogado para no mirar en qué se estaba transformando todo y escribía a la luz de un candil encerrado en panteones deshabitados rodeado de dosis de ilegalidad química. 

Decidí que la novela llenaría mi vida y dejé mis ratos libres para enterrar y drogar a iconos musicales. Me empezó a ir bien y me gustaba lo que escribía, aunque no supiera bien qué era.

Cuando volví a darme cuenta de que la novela la estaba escribiendo para TI, ya era demasiado tarde. ME estaba quedando preciosa y no recordaba qué es lo que esperabas de .



Catorce capítulos después aún me pregunto qué estoy escribiendo y qué es lo que esperabas de .

Ahora mismo la estoy escribiendo para . Quiero saber cómo acaba. Estoy escribiendo una novela para saber cómo es la novela que estoy escribiendo.

Quizás TE guste, pero no es para TI.

Bajo tierra y con las percepciones alteradas me di cuenta de que todo lo que quería escribir estaba dentro de , pero tanto giro del destino lo sacó fuera. Estaba escribiendo una novela que era una parte de para TI y ahora quiero regalármela.

Pasaron los días y quien me distribuía la droga desapareció en un oscuro cementerio. Enterré mis anhelos y los anestesié con nuevas sustancias que sacaron tras tu lápida todos mis deseos.

TE lancé mis palabras rodeadas de espacios y signos de puntuación para que te enamoraras de y acabé combinándolos en párrafos para conseguir los capítulos que dieran a luz la novela que YO quería leer.

Estoy deseando leerla, aunque ya no TE importe. 

Aunque ya sepa cómo acaba…


PD: Estas líneas van dedicadas a () TI, no son (TUYAS) MÍAS...

lunes, 11 de junio de 2012

Fotos que me hubiera gustado hacer a mí (Volumen 8): La huida



"La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio"
(Antoine de Saint-Exupéry)



(FOTO: REUTERS)



Y no soportas la presión.
Y sales corriendo.
Y saltas al vacío.
Y recuerdas que nunca habías tenido red para soportar tu caída.


Pero no te preocupa:


Porque nunca has querido tener red (te parece de cobardes).
Porque al vacío que saltas parece estar más lleno que del que huyes.
Porque no corres nunca.
Porque la presión es para los que no saben.


¿Dónde vas?
A ningún sitio
¿De qué huyes?
De mí 
Entonces, ¿Dónde vas?
A ningún sitio, me voy de mí
Eso es imposible
No lo es
Yo nunca he querido huir de mí, pero tampoco creo que pudiera
Tú nunca has estado en ti, si no, creeme, huirías más despavorido de lo que lo estoy haciendo yo
¿Tú huirías de mí?
Es lo que estoy haciendo. Huir de mí, para dejarte a ti en el olvido
Pero si estoy en el olvido, siempre mirarás atrás y sabrás que estoy en algún sitio
Procuraré no mirar demasiado
Los coches se inventaron con retrovisores por algo
¿Me estás comparando con un coche?
No, estoy viendo cómo te alejas y no tengo gasolina para seguirte
Tú tampoco eres un coche
Hay muchas cosas que no soy
Por eso me alejo
Pero, te alejas de ti
Es lo que me pasa al huir de ti


Hubo un intento de beso desesperado. Juntar mis labios con los suyos como tantas veces. Acoplando nuestra pasión para compartirla en nuestras bocas. Pero hubo un rechazo.


No me beses
¿Por qué?
Porque si me besas NADA tendrá sentido
Si te beso TODO tendrá sentido
Esa es mi NADA. De esa NADA huyo
Esa es tu TODO


Y saltó al vacío.

Creí conveniente no agarrarla. No sé qué fue de ella. Yo no he huido de mí mismo.

Y eso hace que siga aquí, SIEMPRE…



B.S.O.: La Huida (Sidonie)

martes, 5 de junio de 2012

Cuando queríamos ser Johnny Deep…





"Para mí, lo más importante acerca de la vida en este planeta es saber quién diablos eres y ser real al respecto. Esa es la razón por la que todavía estoy vivo"
 (Keith Richards)





Se retiró a los Estudios de Grabación en aquella pequeña isla del Caribe. Un pequeño lujo sólo al alcance de los más grandes. Se lo había ganado a pulso. Años y años pateándose los antros más infectos conviviendo con el público menos agradecido que se puede llegar a encontrar, dieron paso a una época mejor que progresiva y sorpresivamente (para el gran público, no para quienes la conocemos) la llevó al estrellato.

Ahí se vino todo abajo.  

Lo tenía todo a su disposición. El mundo a sus pies. La crítica la ensalzaba y el público masivamente la adoraba. Reventó. No pudo soportarlo. Desapareció del mapa. Pero no podía vivir sin componer. Lo llevaba en la sangre. Era una droga que sabía que tarde o temprano la mataría, pero que no podía (ni quería) evitar tomarla.

Tras una misteriosa desaparición de casi dos años en la que no se supo nada de ella (Muerta por las drogas, arruinada por su adicción al juego, víctima de unos desamores interesados o mil millones de diferentes y escabrosas versiones se dijo entonces) apareció en una foto de un paparazzi que andaba de vacaciones por aquella pequeña y poco transitada isla caribeña.

Era ella, sin duda alguna. Aparecía en la foto en una playa semidesierta, sola y enfrascada en la lectura de un libro.

Tras analizar detenidamente la foto y aplicarle varios zooms con las técnicas más modernas, se filtra al mundo que el libro que lee es “Sobre lo espiritual en el arte” de Kandinsky.

La elección de ese libro, su postura en la butaca, la orientación de su cuerpo hacia el mar y el sol, la soledad de su figura, el color de su bikini… Todo fue analizado hasta la saciedad para crear teorías sobre su ausencia en los últimos tiempos, y su presencia y reaparición (no planeada) en las noticias del mundo entero y en los foros de admiradores de todas partes.

Incluso se filtró una canción. Alguien robó un máster del estudio de grabación en aquella pequeña isla del Caribe y la vendió a la prensa. Vivió mucho tiempo aterrada con la posibilidad de ver algún video o foto suya comprometida por ahí. Eran muchas las personas en las que había confiado en su vida, y alguna de ellas (más de las debidas) tenía pruebas en foto o video de sus tórridos encuentros. Pero aquello le dolió mucho más. Se filtró una de sus últimas creaciones.


"Quiero ser Johnny Deep
Quiero verte sonreír
Sentir que me deseas
Amarte como creas
Y dejarte morir..."


Ahí empecé a hilar toda la historia. Sería muy complicado explicar cuán importante era para mí que en aquella canción saliera el nombre de Johnny Deep. Resultaría largo y tedioso contarles porqué aquello tenía todo el sentido del mundo. Sólo les explicaré que en nuestros últimos encuentros, durante mucho tiempo, nos referíamos a los buenos tiempos, a nuestros tiempos,  diciendo aquello de “cuando queríamos ser Johnny Deep”.

“Cuando queríamos ser Johnny Deep” yo estaba convencida de que ella triunfaría tarde o temprano y que se olvidaría de mi. Ella estaba encantada pensando que estaba destinada a triunfar tarde o temprano y que sería yo la que la olvidaría a ella, o me apartaría sin más. Ni el éxito ni nada por el estilo nos separó, fuimos nosotras mismas las que olvidamos el tiempo aquel “cuando queríamos ser Johnny Deep”.

Lo comprendí todo, creo, mejor que nadie. Evidentemente seguí el asunto con un angustioso y morboso interés digno de cualquier maruja que compra revistas del corazón pero dice que tampoco le interesa demasiado.
Lo último que se supo de ella fue un extraño reportaje en aquella revista musical que tanto le gustaba. Fue el único medio que tuvo acceso consentido a ella, porque ella así lo quiso. Y el entrevistador, con ínfulas de grandeza y aspiraciones de Pulitzer hizo un trabajo muy alejado de lo que, seguramente, ella hubiera querido:








Revista “Musical Star”. Edición Norteamericana, número 721, Marzo del 2012, página 12 (Extracto):

- Entrevistador: Dicen que tu carrera es como una montaña rusa y que eres multidisciplinar y muy inquieta. ¿Qué podemos esperar de ti en el futuro más lejano? ¿Qué quieres ser de mayor?

El silencio se hace en aquella cafetería del hall del Hotel donde realizamos la entrevista. Nuestra misteriosa, y hasta ahora, desaparecida amiga resopla resignada. Parece que va a salir con uno de sus temibles exabruptos que tanto nos dan que hablar a los periodistas, pero sube la mirada, con una humildad impropia de una estrella de su magnitud, con cierto dolor incluso y me dice, muy tiernamente:

- Ella: ¿Me guardas un secreto? Lo único que me pido a mí misma, porque a la vida no le puedo pedir nada que yo no pueda darme, es nunca llegar a ser esa señora de unos sesenta años a quien la vida parece haberle pasado por encima y que me dé cuenta de ello. Sólo pido eso, nada más. Lo demás tendrá sentido si yo lo siento bien.




Dijo su agente tiempo después de que todo acabara, seguramente esperando alguna oferta por la biografía que estaba escribiendo, queriendo demostrar que sabía más que nadie sobre ella, que el día que salió publicado aquello se enfadó con la revista, con el entrevistador y, sobre todo, consigo misma. Una vez más había confundido una confidencia, un coqueteo, una amabilidad, con algo que no era…

Contaba que cuando conoció a Keith Richards, uno de los puntos más álgidos de su carrera, escuchó de su boca que nunca se fiara absolutamente de nadie, y menos si le mostraban admiración o la adulaban desmesuradamente. Le explicó que ser Keith Richards es mucho más de lo que la gente le demuestra a Keith Richards y mucho menos de lo que quieren hacer creer a Keith Richards. 

Yo nunca creí la historia de que conoció a Keith Richards. Pienso que fue la única mentira que me contó en su vida. Pero siempre me encantó la manera en la que imitaba a Keith Richards diciéndole “no te fíes nunca de nadie, ni siquiera de mí… Sobre todo de mí”, aunque supiera que era una invención más.

Una creación como tantas otras. 

Maravillosa.




A partir de ahí, la historia se definirá y concretará en el homenaje que le dan este mes en el Madison Square Garden. Se rumorea que Johnny Deep será el maestro de ceremonias. 

Sé que nunca se conocieron. Pero yo, que sorprendentemente estoy invitada, también sé qué significaban aquellas manos entrelazadas “cuando queríamos ser Johnny Deep”…

Cuando todo esto pase, será el momento de hacer balance, de volver a escuchar sus canciones, de rebuscar en su obra honrando su memoria. De agradecer a quien corresponda, la suerte de haberla conocido y haber estado cerca en sus mejores tiempos.

Hoy sólo me queda el consuelo de lo que fuimos. 

Y me disculparán ahora. Les prometo que algún día contaré toda la verdad de aquellos días “cuando queríamos ser Johnny Deep”…


B.S.O.: Wild Horses (por Keith Richards y amigos)