Esa extraña sensación al despertarme, en la que soy completamente consciente de que el día ha nacido muerto.
Y seguir con eso adelante…
Poner en el mp3 portátil el Patience de Guns N’Roses en bucle.
Una y otra vez.
Coger la carta después de leerla y pensar qué coño podría hacer para entenderla. Al menos, sacar algún mensaje de ella, saber lo que tratas de decir en esas líneas.
Mirarla por arriba y por abajo, por delante y por detrás. Leerla en diferentes idiomas sabiendo que no soy políglota y por ahí iría en camino equivocado.
Pasarle una vela para ver si está escrita con tinta de zumo de limón, introducirla en un control antidrogas para contrastar si está escrita con sangre y qué ha podido adulterar la misma.
Desesperada, mirar al espejo al lavarme la cara.
Ahí está la respuesta.
El espejo que todo nos lo dice, hasta lo que no nos gusta.
Enfrentar tu carta al espejo del baño, pero no ver nada. Seguir sin ver nada.
Pensar en el espejo de cuerpo entero que tengo en el dormitorio. En ese dormitorio donde pasamos tantas noches maravillosas y donde no quieres volver a entrar como si fuera la zona de exclusión tras una catástrofe nuclear.
Desnudarme como tantas veces me hiciste. Yo sola.
He aprendido a hacerlo.
Desnuda coger la carta y ponerla frente al espejo. Detrás ponerme yo completamente desnuda.
Y ahí está la respuesta.
El reflejo del espejo me da lo que estaba buscando.
(Minutos después me masturbo como casi nunca lo he hecho en mi vida hasta ese momento)
Poner en el mp3 portátil Un buen día de Los Planetas en bucle.
Una y otra vez.
A todo volumen…
WOOOW!!
ResponderEliminar