“Y mira desde aquí,
se parecen a ti.
Dime, ¿desde allí todos
se parecen a ti.
Dime, ¿desde allí todos
también se parecen a
mí?”
(Me sobra Carnaval, Los
Enemigos)
Un año perdido. Mirando atrás, seguro
que serían muchos años perdidos. Perdidos en la impostura, en ser
quien nunca he sido. Soy el único que lo sabe, pero perdí el tiempo
disfrazado de cosas que no era, viviendo un Carnaval autoimpuesto que
no coincidía con ninguna fecha de mi calendario. Y mucho menos de mi
santoral.
Hoy me he disfrazado de ti. Me he
embutido en tu piel porque sé que es la que mejor me sienta y he
salido a celebrar la impostura. Con la actitud de disfrute y paraíso
en mi cuerpo, que era el tuyo epidérmicamente. Hoy me he disfrazado
de ti.
Hoy he triunfado con mi disfraz de ti.
Estoy preciosa y la gente que sale con el espíritu loco de la fiesta
del ser lo que no se es me ha mirado con deseo. Me he sentido deseada
aunque he sabido que realmente te desean a ti.
Mi disfraz de ti me ha durado un rato.
Pasada la ilusión inicial de sentirme
en tu piel, me he dado cuenta que me tira la sisa. La capacidad de
movimientos es nula dentro de ti y creo sospechar que se ha descosido
algo en el culo cuando me he agachado. No puedo levantar los brazos
ni acercarlos para abrazar a nadie porque están demasiado pegados a
mi piel. Me hace tripa. Para colmo, creo que me está saliendo
urticaria porque vaya usted a saber de qué material está hecho tu
piel y qué reacción provoca en mi cuerpo.
Como un loco me he metido en el baño
de aquel bar para desprenderme de tu piel y poder disfrutar la noche
sin tanto agobio encima. Con rabia y angustia, destrozándola.
Exhausta mirando al espejo me he dado cuenta que vuelvo a ser yo
fuera del disfraz de tu piel y me he sonreído pensando que la noche
de Carnaval empezaba en ese momento. En cuanto cruzara la puerta del
baño y volviera a la barra.
Las miradas en mi retorno con todo lo
que me cruzaba no me gustó mucho. A primera vista, pero quién soy
yo para valorar las miradas. Nunca fueron mi fuerte. Nunca miré de
frente y soy miope. Y las miradas en Carnaval están, como mínimo,
llenas de purpurina, o sea que no hay quien se fíe.
Pedí otra copa desconcertada. La
camarera, tan solícita y seductora en Carnaval como el resto del año
me miró de arriba a abajo y puso una mueca extraña. Algo así como
el emoticono del Whatsapp que tiene la boca en forma de S tumbada y
no supe muy bien qué pensar. Nunca sé qué pensar cuando me mandan
ese emoticono, pero lo de la camarera era otra cosa. Quizás le puse
cara de emoticono yo también porque se vio obligada a decirme lo que
pasaba:
Te sentaba muy bien el disfraz. Estabas
mejor antes, así sólo eres tú...
Así sólo soy yo - pensé, mientras un
escalofrío me recorrió la columna y pillaba el primer antifaz
abandonado que encontré encima de la barra para dejar de serlo...
"Dime, ¿Desde allí todos también se parecen a mí?"
B.S.O.: Me sobra carnaval (Los
Enemigos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario