Anoche estuve intentando encontrar la PREGUNTA definitiva.
Me puse a buscar sabiendo que esa PREGUNTA desmontaría todo lo conocido y sería clave.
Desistí al rato.
No por pereza, agotamiento o desidia, como con tantas otras cosas.
NO.
Me di cuenta de que no tenía la RESPUESTA y me asusté.
Y decidí que las grandes PREGUNTAS pierden mucho cuando no se tiene la RESPUESTA.
Y así pasé la noche:
Sin responderme la PREGUNTA, aunque no me hubiera preguntado nada aún…
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