"Si ocurre, ocurre, y si no ocurre, no ocurre. Nunca sabes lo que va a pasar luego y precisamente cuando crees que lo sabes es cuando no tienes ni puta idea. A eso lo llamamos paradoja."(Smoke. Wayne Wang y Paul Auster)
Me desperté confundida. Se había marchado corriendo de mi lado porque ya no me quería. Era un día de lluvia, pero eso no era importante.
Días antes me había preguntado quién era yo. No supe qué responder. Días después me había dicho que era muy difícil querer a alguien que vive sin saber quién es.
Salí a la calle y la vi entre la multitud. Corrí a su encuentro a pedirle que volviera a mi lado, que me quisiera de nuevo. Cuando la miré a los ojos supe que no sabía quién era. Era un día de lluvia, pero eso no era importante.
Me quiero tanto porque no sé quién soy. Si lo supiera, probablemente yo también saldría corriendo de mi lado porque ya no me querría.
No me gusta salir corriendo los días de lluvia, pero eso no es importante.
Querer, saber quién es una misma, y la lluvia es una buena combinación para el final de una película romántica, pero en la vida da mal en plano. Además de no ser importante.
No sé quién soy. Quizás no sea importante, pero volverán los días de lluvia.
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