Él le dijo que no le llamaba más veces para no agobiarla. A ella le sonó a excusa. Él lo decía con sinceridad. Ella pensó que no él no pensaba en ella tanto como ella pensaba en él. Él pensaba constantemente en ella y ella pensaba constantemente que él no pensaba tanto en ella como ella pensaba en él.
Los dos pensaban mucho.
Constantemente.
Pero no se llamaban.
Ella le dijo que prefería que le llamara sólo cuando le apeteciera. Él le dijo que le apetecía constantemente y no podía hacerlo siempre. Ella pensó que él lo decía por quedar bien. Él pensaba que no quedaría bien si le llamaba siempre que le apetecía. Ella le dijo que le apetecía mucho llamarle más y que él la llamara a ella más. Él le dijo que a él también le apetecía llamarla más y que ella le llamara más a él.
A los dos le apetecía mucho.
Constantemente.
Pero no se llamaban.
Él y ella pensaron que ella y él no pensaban lo mismo.
Pero se echaban mucho de menos.
Constantemente...
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