martes, 4 de junio de 2013

El cuento de los días que sería mejor no salir de la cama



Once upon a time, conocí a una chica que creía tener todas las respuestas y que salía al mundo con decisión y seguridad.




Como siempre, lo primero que hacía todas las mañanas era abrir el Play-boy y masturbarse antes de afrontar el día. Pero esa mañana encontró un post it rosa cuando abrió la revista que llevaba escrito:

“¿Sabes que la masturbación no es la respuesta para todas las cosas?”



Salió a la calle más turbada de lo normal por lo vivido al iniciar el día y recordó que no tenía tabaco, aunque hacía tiempo que no fumaba habitualmente. Al llegar al estanco y pagar lo adquirido, sintió en la nuca la pregunta de la estanquera, que no era ni la de Vallecas ni la de Amarcord, sino un señor con bigote y aparente interés cero en la vida en general: 

“¿Recuerdas cuando se fumaba en las películas?”




Azorada por el calor, la posible fiebre que estaba incubando, y lo confuso del día, llegó frente a mí buscando consuelo sin contarme bien lo que pasaba y no pude menos que confesarle toda la verdad:

"No hay nada más bello que una tía vestida con sólo una camisa blanca de hombre. Siempre seré un perdedor porque nunca he usado camisas. Y mucho menos, blancas. Aunque sabe Dios que he tenido mañanas posteriores a grandes noches en las que no he podido desear nada más que tener a mano una camisa blanca para que te vistas sólo con ella para desayunar."

Para rematar preguntándole:

“¿Por qué el blanco siempre hace gordo y el negro estiliza?”



Decidió no volver a hablarme, olvidar todo lo que estaba pasando y meterse en la cama a pasar la fiebre confiando que mañana fuera un día mejor.

Y colorín colorado, se durmió sabiendo que el sueño todavía no había llegado...



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