Cuando era niño la policía vino a mi
colegio a advertirnos de los peligros de esnifar pegamento.
Que la
policía viniera a advertirnos de algo despertó en mí la curiosidad
por hacerlo.
Evidentemente, poco tiempo después estaba enganchado a
oler pegamento.
Cuando me dijeron que ya no era un niño
sabía de los peligros de esnifar pegamento.
Saber de los peligros de algo no hace
que dejes de tener curiosidad por hacerlo.
Probablemente poco tiempo después de
tener curiosidad por algo estaré enganchado a hacerlo.
"Quisiera ser un pez para tocar mi nariz en tu pecera..." |
Cuando era niño pegaba mi nariz en los
escaparates porque todo lo que había dentro me tentaba.
Sentirme tentado por algo me obligaba a
desearlo con todas mis fuerzas hasta poder conseguirlo.
Francamente, no he conseguido ni una
ínfima parte de todo lo que he deseado desde niño.
Cuando me dijeron que ya no era un niño
sabía de los peligros de no conseguir tus sueños.
No conseguir tus sueños no hace que
dejes de tener ansia por conseguirlos.
Últimamente me he dedicado a escribir
historias porque estoy enganchado a conseguir sueños.
Y detrás del cristal del escaparate
sobran varias cosas:
Esnifar pegamento.
Los adverbios terminados en mente.
Y los sueños no alcanzados.
Solamente me queda el pegamento que une
mis historias a nuestros sueños...
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