viernes, 27 de enero de 2012

Autobiografías robadas






Llevo años escribiendo mi autobiografía.

Ayer la busqué en el cajón y no estaba. No sé si la he extraviado  en alguna mudanza o si se perdió en mi último incendio interior.

Quizás me la hayan robado. Sé de unas cuantas que estarían encantadas de arrebatármela para hacerla suya. Cuando vives una vida que no te gusta, es difícil encontrar en el mercado negro una buena autobiografía con la que vivir mejor. No es heroína ni porno oriental. Se trata de una vida que te encaje como un guante. Y eso no es fácil de comprar. Al menos por aquí.

Desencantada me convencí de que podría pasarme el resto de mi vida buscando a la ladrona de mi autobiografía o empezar a escribirla otra vez.

Me pasaría los días y las noches buscando a alguien que hubiera vivido lo que ponía en mi autobiografía. Sé que la reconocería al instante, aunque fuera al fondo de un bar lleno de gente, en una manifestación de más de un millón de personas para los organizadores y unas siete mil personas para la delegación del gobierno o en un concierto de los Rolling Stones. La reconocería. Me reconocería. Pero sería muy cansado.

Quizás debería empezar a escribir otra. Así podría borrar todos los capítulos que no me quedaron bien la primera vez. Podría escribir una autobiografía más interesante, llena de pasajes excitantes, plena de emoción y de arrebatadores giros del destino. Podría hacerlo.

Pero no me acuerdo qué ponía en el primer borrador de mi autobiografía.

Quizás sea mejor así. Puede que esté aún por escribir. A fin de cuentas, nadie la va a leer. Puedo poner lo que me dé la gana. 

Pero no me acuerdo qué ponía.

Y eso me preocupa: Quizás no me haya dado cuenta aún de quién soy realmente. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuantos más nos vean, más felices somos tod@s... ¡COMPARTE!