martes, 13 de noviembre de 2012

Microrrelatos sin pudor (Volumen 29): La historia de un tipo triste cualquiera



Érase una vez un tipo triste cualquiera.

Un tipo como tú o como ese en el que estás pensando. 
Como tantos otros. 

Aparentemente, su vida era buena y habitual. 
Su deambular por el mundo era intachable y nadie se atrevería a decirle lo contrario. 

Pero este tipo triste cualquiera, vivía una típica vida triste cualquiera que le hacía comprar pecados en los Todo a 100 chinos porque los de las grandes superficies le parecían muy caros y elegantes.

Día a día, el tipo triste cualquiera se creía feliz con su vida de saldo, porque comprar pecados en los Todo a 100 chinos no estaba mal, y casi todo el mundo lo hacía aunque nadie lo contaba. 

Mes a mes, año a año, el tipo triste cualquiera vivía su aparente vida buena y habitual.

Hasta que llegó un buen día que fue a comprar su pecadillo habitual al Todo a 100 chino de debajo de su casa y se enteró que ya no quedaban y que no los iban a traer mal.

Asustado se marchó y se dio cuenta que ya era tarde para todo y que no volvería a pecar.
Ni siquiera de saldo.
Y pensó que daba igual.

A fin de cuentas, él solo era un tipo triste cualquiera. 







B.S.O.:Oh, qué raro soy” (Siniestro Total)

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