domingo, 17 de julio de 2011

Obsesiones y Parafilias (Volumen 11): De gallumbos o gayumbos y pensamientos



"Creo que cometí un terrible error al dejarte entrar a ti y a tus calzoncillos doblados en mi vida" 
(Bridget Jones: Sobreviviré)

Soy tu héroe en gallumbos. Así lo decía. Como si fuera una verdadera heroína en calzoncillos.

-    ¿De quién son esos calzoncillos?
-    Andan por casa hace mucho tiempo. ¿A que me quedan bien?
-    A ti todo te queda bien, pequeña
-    Lo sé, sobre todo estos gallumbos

No sé de quién serían esos calzoncillos. No me importaba lo más mínimo. Al menos en esos momentos. Estaba preciosa. Como siempre. Como nunca. En calzoncillos ajenos o en la vestida desnudez que me mostraba menos de lo que me gustaría.





-    ¿No me vas a contar de quién son?
-    ¿Qué más te da? Me los pongo mucho para estar en casa. Me encaaaantan. (Alargaba la “a” enfatizando infantil y maravillosamente su gusto por aquella prenda y eso me encantaaaaaba) Me quedan genial y son súper cómodos.
-    Pero, ¿De quién son?
-    ¿Qué más te da? ¿Quieres que me los vuelva a quitar? ¿Quieres verme totalmente desnuda otra vez?

Claro. Siempre. Desnudamente vestida.

-    ¿Así mejor?
-   Uff… Cuando te echas encima de mí totalmente desnuda siempre es mejor que cualquier cosa.
-    ¿Más que cuando te echas tú encima de mí?
-   Es una manera de hablar. Me encaaaanta (Enfaticé la “a” como solía hacer ella) sentirte en mis brazos, sentirnos desnudos, aunque a veces estemos vestidos
-   Pues entonces voy a ponerme otra vez los gallumbos. Total, te da igual…
-    No me entiendes
-    Ni tú a mí

Claro que nos entendíamos. Mejor que nunca nos habíamos entendido con nadie. De una manera íntima, donde hasta las estrellas envidiaban nuestros cuerpos haciéndose uno. Vestidos de completa desnudez.

-    Lo que no entiendo es cómo lo hacéis cuando se os pone dura…
-    ¿A qué te refieres?
-  Con estos gallumbos digo, no sé cómo pueden soportar eso cuando os ponéis cachondos y se os levanta.
-    Bueno, depende...
-    ¿De qué?
-  Del calzoncillo, de lo cachondo que nos pongamos, de quiénes seamos...
-    Tú por ejemplo
-    Yo no tengo problemas
-    ¿Por? Tus gallumbos son parecidos a estos…
-    Pero mi tamaño es menor
-   Eso no te lo crees ni tú. Te la tengo muy vista, ahí no te puedes montar películas

Y se lanzó con una sonrisa a mi polla y la hizo desaparecer en su boca. Se aplicó con deseo, sin que yo pudiera –ni quisiera- mediar palabra.

-    Ahora por ejemplo. Ahora mismo esto no cabe en mis gallumbos
-    Bueno, mi talla es más grande, pero no por el tamaño de mi polla, sino por mi tamaño en general
-    ¿Tu tamaño en general?
-   Sí, el tamaño de todo yo. Las personas solemos estar proporcionadas, digan lo que digan. Aunque ya te digo que no tengo muchos problemas con el tema.
-  Joder. Pues será lo que tú quieras, pero a mí me encaaaaanta (La “a” nuevamente)

Y siguió. Y siguió. Y siguió con los gallumbos puestos. Y se los quise quitar mientras ella seguía entretenida haciendo un trabajo de campo en mi entrepierna. Y no llegué a quitárselos. Y ella no quería que se los quitara.

-    ¿Quieres follarme?
-    Si tú quieres…
-    No es lo que yo quiera
-    Sí, es lo que tú quieras
-    Pues estate quieto

Y siguió. Y siguió. Y siguió con los gallumbos puestos. Y se los quise quitar mientras ella seguía entretenida haciendo un trabajo de campo en mi entrepierna. Y no llegué a quitárselos. Y ella no quería que se los quitara.

-    Estate quieto
-    Quiero follarte
-   Y yo quiero que me folles. Pero no me quites los gallumbos
-    Me da igual.

Ahora ya sí que me daba igual. Se los aparté como pude para introducirme dentro de ella. Y lo hice. Y se agarró a mi espalda como nunca. Y se agarró a mi espalda como siempre. Y nos sentimos desnudamente vestidos como nunca, como siempre.

-  ¿Sabes que estuve con un chico que le ponía mucho follarme con sus gallumbos puestos?
-    Eso no es nada raro. Se llama “aquí te pillo y aquí te mato”
-    No. Digo YO con SUS gallumbos puestos
-    Y a ti te encantaaaaaba
-    A mí me encaaaaantas tú
-    Pues deja que te quite los calzoncillos
-    No, ahora no, deja que te la vuelva a chupar

Y siguió. Y siguió. Y siguió con los gallumbos puestos. Y ya no se los quise quitar. Y no llegué a quitárselos. Y ella no quería que se los quitara. Y no pude dejar de pensar en aquel chico al que le ponía follar con ella con sus gallumbos puestos.

Y ya no pude dejar de pensar…

Aunque sintiera que allí sólo estábamos ella y yo, desnudamente vestidos, dando envidia a las estrellas que nos iluminaban.

Pero ya no pude dejar de pensar...



Postdata aclaratoria (Innecesaria como siempre, inútil como de costumbre):
En este post se ha utilizado la palabra “gallumbos” con “ll” por una mera cuestión circunstancial. No tenemos constancia si la escritura correcta de dicha palabra es “gayumbos” o “gallumbos”, ya que no aparece en el diccionario de la RAE. Si alguien entendido en argot puede dar algo de luz al tema estaríamos muy agradecidos…




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuantos más nos vean, más felices somos tod@s... ¡COMPARTE!