martes, 30 de octubre de 2012

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!! Bienvenidos al año 52 D.D. y a cabezadeavestruz 4.0





Hoy es 30 de Octubre.
Año 52 D. D. (Después de Diego).
Año 4 de cabezadeavestruz.


  


Escribiríamos muchísimas cosas, pero últimamente estamos empezando a aburrir. Nos limitaremos a mandar besos sinceros y agradecidos.




A todas y todos los que andáis por ahí de cuando en cuando...






A todos y todas las que hacéis posible que esto siga adelante por vuestra labor de ánimo, apoyo, promoción, crítica, remodelación, adulación, desprecio, miradas de soslayo, curiosidad, vendemotos, abrazafarolas y amor incondicional...





A todas y todos los que pasáis y nunca decís nada, o que acabáis de aparecer por casualidad y nunca más se sabrá de vosotras y vosotros, o que mirasteis un par de veces y ahora no estáis leyendo este agradecimiento y estos besos...






A todas y todos los que habéis ofrecido algo a cambio de que esto no acabe, ya sea dinero, drogas, sexo o cosas más raras o a los que habéis mandado amenazas...




Y en los morros y con pasión a quienes realmente hacéis que nos sintamos bien haciendo esto...






Y, por supuesto, por si al final alguien no se da por aludido o aludida en ninguna de las categorías anteriores:


BESITOS PARA ELLOS Y ABRAZOS PARA ELLAS






Gracias por todo y permanezcan atentos y atentas a sus pantallas...

lunes, 29 de octubre de 2012

El fin de los tiempos: Sandy llega a Nueva York, el tercer aniversario de cabezadeavestruz y los cuatro jinetes de apocalipsis que no me dejan ver la luna.




No te lo he dicho. 

No lo puedes saber. 

Pero es el momento de informarte de ello antes de que salga en las noticias y no te enteres de primera mano:
Estoy en Nueva York. 







He decidido instalarme allí con los amigos que tengo en el Meatpacking, en ese pequeño apartamento de artistas con ínfulas de grandeza a los que tanto detesto, pero a los que tanto necesito ahora mismo. 

Son extraños. Viven en Nueva York, la mejor ciudad del mundo, pero sueñan con vivir cerca de ti, en el campo.

Yo he venido a cerrar una etapa aquí. No se me ocurría mejor lugar. Bueno sí: Me encantaría pasar estos días en el Edificio Dakota, con una habitación que tuviera ventanas que den a Central Park. Pero no. No se puede pedir todo. Si eres un poco asocial y nunca has trabajado bien las relaciones sociales, es difícil encontrar a gente cuando realmente la necesitas. Y no conozco a nadie que me pueda conseguir eso ahora mismo.

He llegado a Nueva York, a Manhattan, a pasar el cambio de ciclo. 

cabezadeavestruz cumple 3 años y no se me ha ocurrido mejor sitio donde retirarme a pensar, a analizar con fuerza el futuro y decidir si seguimos con esta película o la cerramos definitivamente. Estando a sólo 97 años de nuestro Primer Centenario, da un poco de pena no tener claro el futuro por falta de esplendor y exquisitez.

Las onomásticas siempre dan pena. Hay a quienes les da fuerza. A mí me recuerdan al Apocalipsis. Creo que mi actividad habitual de mirar la luna se va a ver interrumpida en cualquier momento por la irrupción en el cielo de cuatro jinetes que vengan a acabar con toda esta farsa.




Llega el cuarto año de cabezadeavestruz este martes. El año 52 D.D. comienza el 30 de Octubre. Llega a Nueva York el huracán Sandy. Y tengo un amigo al que le gusta las Sandys. Cuatro años, cuatro jinetes, la infame costumbre de tomar cerveza con limón y de repente me veo atrapada aquí, en un pequeño apartamento del Meatpacking neoyorkino, sin tiempo para acumular víveres ni estímulos vitales. El metro ya ha cerrado. Tus ojos también. Y yo no encuentro la luna porque hay cuatro jinetes que irrumpen en el cielo y vienen directos hacia mí.

¿Qué puedo hacer en la ciudad del mundo donde todo es posible?

Me he comprado una caja negra donde guardar todo aquello que quiero salvar de Sandy y de mí mismo. Un día me preguntaron qué tres cosas me llevaría a una isla desierta y me echaron por pesada. Me he comprado una caja más grande de lo que planean y voy a meterlo todo ahí:




El momento en el que vi en tus ojos la certeza de que íbamos a hacer el amor. 
Una pista de video con el momento en el que José Sacristán le dice a María Valverde completamente desnudos, en el baño donde se han quedado encerrados en “Madrid 1987” aquello tan maravillosamente trágico de “No olvides que la vida es el sabotaje perfecto de los sueños”
El turismo como primer y principal motor del productor interior bruto de mi corazón.
La conciencia de la estupidez de todo lo que me rodea en el momento en el que descubrí que la palabra usada para dar nombre a la fobia a las palabras grandes es “hipopotomonstroesquipedaliofobia”
La chusta del porro que me arrojó a la cara y guardé el día que le acosé Calamaro.
Los besos espontáneos y no pedidos-
El día que creí ser Frank Sinatra y las hojas de la agenda que dicen que volveré a creerlo.
Tu capacidad de soñar por muchas pesadillas que te provoque.
Un curso por fascículos para aprender a bailar como Ian Curtis o a moverme como Daniel Day Lewis cuando en “En el nombre del padre” pinchan en la jukebox de aquel pub inglés “Like a Rolling Stone” al inicio de todo o a estremecerme como Iván Ferreiro cantando M.
La impresión de tu cara cuando me puse el disfraz de Catwoman y lo difícil que te resultó quitármelo cuando decidiste que me ibas a follar.
El recibo del pago de la entrada del globo que terminaré de comprar e inflaré cuando todo esto pase y con el que te llevaré a ver el mundo desde arriba, como debe verse.
La seguridad que tienen muchos de que algún día conseguiré integrarme en este raro mundo y que no me resultará una traición a mis principios metida en una cajita metálica de bombones sin azúcar.
Los ojos del mejor David Bowie padeciendo heterocromía.
Sentir que hay quien me quiere y admira más que a Cristiano Ronaldo, aunque no sea lo normal y no se pueda decir en público. Sobre todo que me admira. Fundamentalmente que me quiere. Más.




Ser consciente que si alguna vez empuño una pistola y disparo a alguien, será en el estómago porque las películas me enseñaron que es la peor forma en que puede morir.
La nueva película de Gonzalo Suarez. La que sea, la que venga. Y todas las demás.
La forma que dices “Buenos días” cuando realmente siento que te lo parecen porque es lo primero que dices ese día.
Esa canción que elegiría si me obligaran a ser la única que voy a escuchar una y otra vez hasta que me muera. Esa canción que existe pero que no sé cuál es ahora mismo porque es Lunes y Sandy amenaza con acabar con todo, como el final del tercer año de cabezadeavestruz le ha dado alimento a los caballos en los que vienen montados los cuatro jinetes del apocalipsis, recordando que el cuatro existe pero no tiene porqué llegar.
Saber que cada día nuevo puede y debe ser mejor que el que se va.
Los planos del museo que voy a construir en el Village, aprovechando las donaciones de todos los locales neoyorquinos que conservan ceniceros que ya no valen para nada desde que no se puede fumar en ningún sitio.
Una libreta llena de poemas olvidados, que por muchas páginas que pasen no se acaben nunca y me pueda pasar la eternidad leyéndote uno cada noche mientras soplas tu tazón de sopa caliente antes de ir a dormir, aunque no sea conmigo.
La ilusión de despertarte una mañana no muy lejana y que lo primero que vean tus ojos sea mi pelo mojado por el mar y sonrías al oler el salitre.
Mi capacidad innata de procrastinar sin sentirme culpable.
Mi ejemplar de la primera edición del Ulises de Joyce en Portugués dedicado a mí con otro nombre por Enrique Vila Matas.
Los momentos en los que me dicen todo sin decírmelo y a nadie nos importa porque sabemos que existen, guardados en una caja de 90 gramos de Marlboro de liar que aún huele a American Way of Life.
Cuando te acuestas conmigo porque quieres hacer un trío con mi presencia y con la persona en la que piensas cuando estás conmigo.
La filmografía completa de Woody Allen. ¿Completa? Sí, completa. Las obras maestras lucen más cuando se tienen en cuenta las películas menos buenas. 
Maribel Verdú.
La respuesta correcta a la pregunta de ¿Para qué he nacido? Detrás de la parte gris de un rasca y gana de una tómbola ambulante. 
Que odies los gatos pero te encante ronronear rozándote con mi cuerpo.

La sensación de no poder escribir bien porque sólo pienso en ti...

Escribir cosas maravillosas fuera de mi alcance porque sólo pienso en ti...


Que siga debiéndote un cuento.





Y, sobre todo, que alguien alguna vez, y para eso tengo que empezar a preparar el cuarto año, mi segunda novela, mi tercera operación corporal, mi enésimo afeitado… Me diga a la manera de Charles Baudelaire “Me has dado tu barro y yo lo he convertido en oro”…

Cuando Sandy llegue aquí a Nueva York, se acabe el tercer año de cabezadeavestruz, entremos en el año 52 Después de Diego, y el ambiente sea irrespirable, no me quedará más que confiar que todo eso que he metido en el refugio antihuracanes y todo lo que no recuerdo ahora mismo, se mantenga seco y seguro, y el aire que deshace mi moño sean tus dedos cuando salimos a buscar por las calles bajo la lluvia a Holly Golightly para que nos cante Moon River bailando bajo la lluvia de una puta vez…




viernes, 26 de octubre de 2012

Tercer Aniversario: La cuenta atrás ¡¡Cuatrotresdosuno…YA!!



Hola chaval,
prepárate para dejar de jugar.
1, 2, 3, ya!
Ahora la carrera es de verdad





El día 30 de Octubre, empieza el año 52 D.D.* de nuestra era. También termina el año 3 de cabezadeavestruz y teóricamente debe de empezar el 4.


Todo el día 30 de Octubre.



Habrá que limpiar
los colores que hay en tu cristal.
¿Lo ves claro ya?
Bienvenido hijo, a la realidad.



Pasan 3 años y aún no sabemos muy bien qué hacemos por aquí. Lo peor aún y más preocupante: ¿Qué haces tú por aquí?



Llave en mano,
entra, hijo, entra sin llamar,
y no cedas jamás
¡No cedas jamás!


Quizás seas de las o los que han llegado hace poco con lo que acabamos de recordar que no somos muy dados a los saludos y probablemente no te hayamos dicho ni “¡Hola!”. Claro que supongo que tampoco lo esperabas.





Quizá seas de las o los que llevan por aquí desde el principio… Y eso sí que nos empieza a dar muchísimo miedo.



El mundo rula y al caer
se muerde la cola.
¿Por qué has tenido que crecer?
¡Maldita la hora!



cabezadeavestruz ha crecido. Está casi anciano. O anciana, que nunca sabemos. Vive en un país donde la estadística dice que las mujeres viven más que los hombres, o sea que quizás sea mejor pensar en femenino, por si las moscas… (O no).



Deber ganar
y pisar fuerte, hay que impresionar.
Vas a flipar.
Tendrás que ser mejor que los demás.



Han pasado 3 años. En unos días se cumplen. Los objetivos iniciales** que nos llevaron a crear este hortera rincón de internet siguen pendientes. 



¡Qué solo estás!,
mi queridísimo hijo, mi chaval.
La cuenta atrás,
4, 3, 2, 1, 0, ¡ya!


Se acaba el tiempo.

Este año más que nunca. 

Como siempre, el paso de los años dice que las fechas importantes han de ser celebradas (sobre todo y siempre, celebradas) y han de servir de análisis y evaluación, para empezar el nuevo tiempo con más fuerza o procrastinar hasta la muerte, como suele ser el estilo habitual del Equipo de Redacción de este rinconcito rosáceo de la red.



El mundo rula y al caer
se muerde la cola.
¿Por qué has tenido que crecer?
¡Maldita la hora!



Hemos crecido. De eso no hay duda. Incluso hay gente que nos lee y no sabemos quiénes son ni de dónde vienen. Pero aún no nos ha salido bigote, ni siquiera en nuestro… OFF



Bienvenido
al club de los que vamos a triunfar.
La vuelta ya nos la darás.
¡Tú vales, tú vales chaval!



Asumimos que si no hemos triunfado ya y si esto no ha empezado a dar dinero ni acercarnos a nuestros sueños (No sabemos cuáles son todavía) aunque emprendamos el cuarto año con mucha ilusión y ganas, ya no llegaremos.

Seguimos en la frustración de tener un niño, plantar un árbol y escribir un libro.

Un día copiamos algo que vimos escrito en el tronco de un árbol cercano a un pino que acabábamos de plantar y lo publicamos en forma de libro. Pero del niño sigue sin haber rastro. Lo dicho anteriormente sobre los objetivos iniciales no cumplidos *** puede ser la fundamental razón (O no). El caso es que aquí seguimos, de momento.



El mundo rula y al caer
se muerde la cola.
¿Por qué has tenido que crecer?
¡Maldita la hora!



Quisiéramos hacer un listado de todas las personas, animales o cosas que han hecho posible que esto llegue hasta aquí. 





Pero también quisiéramos hacer muchas cosas que nos propusimos cuando esto empezó **** pero nos conformaremos con compartir nuestra alegría con todas y todos los que estáis ahí y hacéis esto posible día a día. Vosotras y vosotros (y sobre todo tú y tú) sabéis bien quiénes sois. 

Esta semana estaremos un poco ausentes o pesados (Aún no sabemos por dónde nos dará). Estaremos de celebración. Tenemos un poco de música para ponernos a tono…


Pincha AQUÍ para la lista spotify del Tercer Aniversario




Y sobre todo, somos conscientes y seguimos al pie de la letra a nuestro impulsor fundamental, el cual cumple 52 maravillosos años el mismo día que nosotros 3, el mismo día 30 de Octubre del año 52 D.D. y por mucha fiesta que nos corramos, nosotros siempre diremos NO (Como Él):





¡MALDITA LA HORA!









*Año 52 Después de Diego.

**Follar más con toda clase de admiradores y admiradoras que lo tuvieran a bien. A falta de admiración también nos valían cualquier despistado, despistada, animal o cosa que tuviera la guardia bajada y pasara cerca de aquí…

*** Insistimos por si quedan dudas: Creamos cabezadeavestruz para follar más. Pero no hay manera. Y eso que menos es imposible…

**** Obviamente: Follar más, porque menos es imposible...



miércoles, 24 de octubre de 2012

Escribir un blog es masturbarse en público







He invertido la mayor parte de mi vida en decidir cómo quiero ser recordada. 

Me ha comido el pensamiento desde que tengo uso de razón.

Un buen día me di cuenta de que para eso, primero tengo que decidir qué es lo que quiero que recuerden. 

Decidí buscar desde entonces algo por lo que ser recordada.





...Y SE ME OLVIDÓ






¿Escribir un blog es MASTURBARSE en público?


Escribir un blog es MASTURBARSE en público






jueves, 18 de octubre de 2012

Te buscaba en todas y no sabía que eras tú






Desde muy pequeñito comprendí que soy de ese tipo de personas afortunadas que han nacido para trabajar en Playboy.

Afortunado por trabajar en Playboy, pero escritor de sus artículos, de los textos que acompañan a las fotos y que nadie lee. Ni siquiera podría asistir a las sesiones fotográficas con las guapas de turno porque yo sólo tendría que escribir los textos. A los fotógrafos les gusta trabajar solos.

Admiraría al fotógrafo, como es lógico, envidiaría a los que maquillan a las chicas, incluso al que compra la revista y se mete de lleno en los reportajes con fotos de guapas desnudas.




Yo trabajaría en Playboy pero sería una persona ajena a las tetas y demás estímulos característicos de la publicación.

Hablaría con grandilocuencia de lo que hago para ganarme la vida, como es norma habitual en la sociedad en la que vivimos, pero evitaría dar muchos detalles, para que nadie supiera de mi frustración.

Frustración de no encontrarme solo frente a las modelos y actrices que pasaran por la revista.
Frustración de intentar llevarme a tantas a la cama y no conseguirlo.
Frustración de llevarme a menos a la cama y follar buscándote en todos los cuerpos, todos los sabores, todos los olores.


Y creo que estaría bien así. No podría estar viendo tetas constantemente y preguntándome ¿Dónde estás? 

Ya es duro que me pase simplemente al enfrentarme al folio en blanco…






Postdata de actualidad:
Hoy ha fallecido Sylvia Kristel. Emmanuelle, la gran Emmanuelle. Con ella han muerto muchas de las cosas que mataron a mi infancia. Hoy me he sentido un poco viudo.

Se fue la mujer que nos enseñó por primera vez que se puede follar a miles de kilómetros del suelo.




Se fue la mujer que hizo que cada vez que veo un sofá de mimbre sufra una terrible erección. 
Aunque sólo sea por imaginarte a ti sentada en él…



B.S.O. I: ¿Dónde estás? (Jaime Urrutia y amigos)
B.S.O. II: Emmanuelle negra en el valle de los zombis (Siniestro Total)


lunes, 15 de octubre de 2012

La importancia de las cosas




Él adoraba Nueva York..."




Salieron del cine.

Él no recordaba cuántas veces había visto ya esa película. Pero le seguía pareciendo magistral. La podría ver tantas veces como quisiera, que siempre sería maravillosa. 

Continuaba con ganas de verla.

La agarró de la cintura al salir a la calle. Ella bostezó.




La noche había llenado Madrid a la salida de la Filmoteca.

No le gustó, pero no le dio importancia. Dejó reposar unos instantes el despertar a la noche madrileña puesto que la anterior vez que habían hablado era todavía una tarde soleada en la puerta de la Filmoteca y esos cambios, a los que no damos demasiada importancia, marcan nuestra vida inevitablemente.

En cualquier caso, era una de sus películas preferidas. Era una de las grandes. No tenía prisa.
Consideró indispensable, además de que le apetecía mucho, compartir esa obra de arte con ella. Quería degustar de nuevo aquello con ella a su lado. Necesitaba que a ella le gustara.

Pasaban los minutos y nadie decía nada. La besó y se imaginó el blanco y negro de Manhattan mientras pensaba que la amaba pero necesitaba una respuesta YA.

Y… ¿Bien?, Preguntó más tímido de lo que era su carácter habitual.

Bueno, no está mal… Para ser Woody Allen, que no me gusta mucho, me ha divertido.

Él resopló y contó hasta diez antes de contestar. 

¿Después de ver una obra maestra lo único que se te ocurre decir es que no te gusta mucho Woody Allen y que por lo menos te has divertido?

Ella, inconsciente de la importancia que tenía para él haber ido juntos a ver la película y de lo vital que suponía que para ella tuviera que ser una experiencia tan catártica como el primer “te quiero”, le miró disgustada y alegó que una comedia de Woody Allen nunca puede ser una obra maestra. Que te puede entretener más o menos, que puedes reírte, pero poco más… Y eso si no eres de los que te cae Woody Allen antipático y piensas que siempre hace la misma película. Se puso de perfil con aire altanero y de desprecio y concluyó analizando lo tonto que le parecía que fuera una película de 1979 y se hubiera hecho en blanco y negro.




Él tuvo que contar hasta veinte esta vez y, dolido como hacía mucho tiempo no había estado, empezó a construir un discurso acerca de lo diferente de Manhattan, de lo clave en la historia del cine, de lo maravilloso de Woody Allen a pesar de su aparente misma película - mismo papel y de la poesía del blanco y negro como una declaración de amor a la ciudad de Nueva York. Pensó mezclar todo eso con palabras que mostraran el dolor que le producían sus palabras y la infinita decepción que le provocaba aquello, además de olvidarse mientras hablaba que ya nada volvería a ser lo mismo entre ellos, pero sus pensamientos se bloquearon al verla de perfil.

Miró sus pechos. Sus pechos en aquel perfil le recordaron quién era. Esas tetas grandes y turgentes le hicieron olvidarse por un momento de la película.



Horas después, bajo unas sábanas en blanco y negro, en la intimidad de una noche de sexo con tetas grandes y turgentes él pensó que “el cerebro es el más sobrevalorado de los órganos" y ella recordó que había escuchado en la película como una de las chicas le decía al protagonista algo así como que “tienes que tener un poco de fe en la gente” y estuvo tentada de soltarla para romper el silencio.

Ninguno de los dos habló...


Ella se incorporó y con ella iban esos pechos tan grandes, turgentes y maravillosos. 
Él no pudo reprimirse, la agarró y volvieron a follar como si aquella tarde no hubiera pasado nada.

Pero los dos sabían que ya nada volvería a ser lo mismo… 


A fin de cuentas: ¿Por qué vale la pena vivir?









lunes, 8 de octubre de 2012

Soñé con África



Tenía todo.
El pelo enredado y el calor húmedo de los pantanos.
El sol nos acompañaba sin molestar demasiado. 
¿He dicho ya que había llegado el otoño de repente?
Tenía todo.






Pero quise ser el sueño de toda mujer.
Quise que me lavaras el pelo a la orilla del río.
Quería sentirme como en aquella escena.
Quise ser el sueño de toda mujer.



Tenía todo y quise ser el sueño de toda mujer.


Pero te empeñaste en decirme que el jabón que había traído, por muy bien que oliera, no era biodegradable y allí no podíamos hacerlo.


Entonces entendí que sólo puedo ser el sueño que tú me permitas y que estoy en medio de África mientras tú miras al mar.




B.S.O. I: Out of Africa (John Barry)

B.S.O. II: Aquí no podemos hacerlo (Los Rodríguez)

sábado, 6 de octubre de 2012

De repente llegó el otoño...




“Abre los ojos: ya estás adentro de ti mismo,
en un barco de monosílabos navegas”
(Central Park, Octavio Paz)



De repente llegó el otoño… 

Releemos a Pessoa por aquello de buscar la melancolía otoñal, aunque los dos andamos sobrados de ella cuando estamos juntos. 

El otoño es tan maravilloso que nos une en el asco que te da a ti que empiece a llover y a hacer frío lo que lo convierte en atroz preludio del temido invierno y la angustia que me produce a mí llegar a estos días con un calor impropio, lo que lo transmuta en los estertores de mi repudiado verano de sudores y cuerpos al sol.

Lo único seguro en Otoño es pasear por Central Park, ver los colores y saber que se ha desbocao la primavera en miles de colores. 


"Hay el viento que esparce los reflejos
de Alicia desmembrada en el estanque"
(Central Park, Octavio Paz)




De repente llegó el otoño…

El otoño, tan propio él, volvió a convertirme en ciprés. Un ciprés alto, erguido y orgulloso, donde quiero guarecerte con mi sombra de los soles tardíos y cobijarte con mi cuerpo del agua y el frío tempranero.

Pero tú, linda y rebelde a la melancolía, buscas el advenimiento de la primavera y el refugio en arbolitos que aparentan ofrecerte mejor sombra y más seguridad a las borrascas. Y la encuentras sin saber, que esos árboles que no son este ciprés, no son más que presuntuosos y efímeros troncos que te ofrecen el apoyo necesario hasta que te recuestes lo suficiente para convertirte en enredadera y sea imposible que te separes de allí, aunque no te des cuenta hasta que llegue la primavera.

Parecen acogedores en tu melancólico otoño. Serán mortales cuando vuelvan los colores y se desboque la primavera. Porque no quieren que te desboques en primavera.



De repente llegó el otoño…


Y el ciprés otoñal sabe que en el fondo, no es más que un bonsái grande. Porque sabes que es un extraño bonsái grande, por mucho que aparente un árbol mortuorio, pero un bonsái que cada día saca una nueva hoja con la que cuidarte, sorprenderte.

Un falso bonsái de tamaño extraño, que cada día no tiene más ilusión que despertarte con un nuevo verso, una nueva canción.



De repente llegó el otoño…

Y el verso que hice cada día, te lo canté y se desbocó tu primavera… 

(Aunque yo siguiera en mi melancólica y mortuoria impostura otoñal tan lejana de esos meses de otro tiempo y de esos árboles de tan colorido y acogedor ramaje)




B.S.O. Otoñal I: Central Park (Loquillo)
B.S.O. Otoñal II: Puta (Extremoduro)

miércoles, 3 de octubre de 2012

Otra noche sin dormir (Volumen 16): Respuestas sin preguntas



Anoche estuve intentando encontrar la PREGUNTA definitiva. 

Me puse a buscar sabiendo que esa PREGUNTA desmontaría todo lo conocido y sería clave.

Desistí al rato.

No por pereza, agotamiento o desidia, como con tantas otras cosas.

NO.




Me di cuenta de que no tenía la RESPUESTA y me asusté.

Y decidí que las grandes PREGUNTAS pierden mucho cuando no se tiene la RESPUESTA.


Y así pasé la noche: 
Sin responderme la PREGUNTA, aunque no me hubiera preguntado nada aún…