martes, 22 de diciembre de 2015

Churchill no dijo eso (Paulo Coelho quizás)


Paulo Coelho: 


¿Sois capaces de conciliar bien el sueño?

Hay tanta sabiduría ahí fuera a la que nunca podremos aspirar que no sé cómo conseguimos conciliar el sueño. Puedes pensar lo que quieras, puedes criticar sin descanso, puedes tener los mejores argumentos a tu favor y la razón inequívoca de tu lado pero recuerda siempre que “los fascistas del futuro se llamarán a sí mismo antifascistas” (Winston Churchill).




Sir Winston -sí, yo también me he reído de pequeño relacionando un Sir con una marca de tabaco aunque siempre se le viera fumando puros- se removería en su tumba si tuviera conocimiento de cuánto se ponen en su boca ciertas palabras. “Los fascistas del futuro se llamarán a sí mismo antifascistas”. Así, sin anestesia. Como un mantra tipo “Sólo sé que todo es relativo” (¿Albert Einstein?).

El que fuera primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial, tiene una fundación con una web en la que no aparece entre las muchas frases célebres que se recogen del político. Pero quizás eso dé un poco igual a la hora de reuitear algo o discutir con alguien que nos afea la conducta o las ideas. Y más igual dará que existan teorías que adjudiquen la frase y ni siquiera textualmente- a un tal Huey Long, gobernador de Louisiana alrededor de 1930. Sí, yo tampoco lo conocía hasta que me he puesto a buscar. Pero lo he encontrado, ¿Eh?. Y creo que todos tenemos el mismo google: When Fascism comes to America, it will (be in the name of/come under the guise of/be called) anti-Fascism!”







Todo estas cosas (con muchas más, no soy tan frívolo) hacen que emitamos ese deseo de cansancio de “Paren el mundo que me quiero bajar”. Pocos personajes tienen tan pocos detractores y tantos admiradores o personas que le siguen como la genial Mafalda. A todos nos gusta y el que más o la que menos tiene algún libro suyo o alguna viñeta que conoce y le encanta. Mafalda es de todas y todos. Poco malo se puede decir de ella. No se me ocurren muchos más personajes que sean tan unánimemente queridos como la genial niña que creó Quino. Pero si nos escuchara, seguramente se querría bajar del mundo en cuanto se parara. Nunca lo dijo. Da igual. Esto no lo leerá nadie, pero por si acaso, su creador lo explicó y razonó varias veces.


Pero esta historia no estaría completa sin que fuéramos a lo que realmente importa. A lo que hace que nos merezcamos todo lo malo que nos pase. El uso y ¿disfrute? De las citas del Señor Paulo Coelho.




Si algo malo han traído las redes sociales ha sido sin duda el tener que encontrar día sí y día también las pretendidas y maravillosas enseñanzas y consejos de metaforaman. Del hombre que llegó de Brasil para enseñarnos a todas y todos cómo vivir mientras hacemos que él viva cada vez mejor. Desde un punto de vista espiritual, claro está. Porque él lo hace por nuestro bien. Y nosotros, tan listos e instruidos, no hacemos más que mejorar su trabajo, poniendo en su boca cualquier cosa que suene pseudotrascendente y haciendo gala de ello por las redes sociales para que nuestros amiguitos y amiguitas vean lo profundo y trascendentales que somos.
Yo no soy así. Yo cada vez que veo una frase de Paulo Coelho, dudo.




Y si mi duda no es razonable o me siento flaquear, me planteo que no hay que dar por verdad nada a priori, o que una frase de alguien célebre no tiene por qué cargar de más razón nada. O sea, que no por haberlo dicho alguien conocido antes, algo es más verdad o haya que tomarlo en serio. Háganme caso. No lo digo yo, lo dice el tito Abe:





Quizás todo se resuma a que “Solo sé que no sé nada” (Socrates). Aunque me encantaría tomarme unas cañas con quien le ha dado la vuelta y ha dicho aquello de “Solo sé que no sé nada y ni siquiera de eso estoy seguro”.








jueves, 10 de diciembre de 2015

Volver a caminar (Like a Rolling Stone)





¿Conoces la historia del que quiso volver a sentir el placer de aprender a hacer algo vital por primera vez y se amputó los pies para poder aprender a andar de nuevo?

Yo era de esos chicos que revisaba la discoteca, cuando iba a alguna casa, momentos previos a acostarme con alguien, y decidía si hacerlo o no en base a ello... Ella no tenía discoteca, pero era un encanto.

- ¿No tienes discos?
- Ya no se lleva.
- No digas eso.
- Nunca he sabido qué escuchar.
- ¿Conoces los Clash?
- No
- ¿Ramones?
- No
- ¿Kinks? ¿Dylan? ¿Doors? ¿Nirvana? ¿Led Zeppelin? ¿La Creedence? ¿Sex Pistols? ¿Hendrix? ¿Pearl Jam?
- ¿Cómo? ¿Nirvana? Me suenan...
- Tenemos trabajo por hacer.

Ya había decidido traicionarme, olvidar mis principios y convertirme en su Maestro Yoda musical porque ella me gustaba mucho. Muchísimo.

- ¿Keith Richards?
- ¿Quién?

Me enamoré para siempre. Puse “Like a Rolling Stone” para acompañarnos haciendo el amor, porque después, le iba a descubrir todo el rock de la historia y yo me cortaría los pies para acompañarla, para sentir lo que es darse cuenta de que estamos aprendiendo a caminar de nuevo. Juntos.





P.D.: En ocasiones mando cosas a concursos. Rara vez gano, pero luego me queda material para publicarlo aquí o para dejar que maduren y si son microrrelatos, que crezcan, o si son más grandes, quedarme con lo esencial. Esto era para un concurso de microrrelatos de rock. Evidentemente, no me sacó de pobre...




domingo, 6 de diciembre de 2015

El desayuno como medida de todas las cosas


El día que vuelvas a quererme QUIZÁS yo solo desee volver a desayunar todas las mañanas contigo en estas tazas.



Porque lo más importante de querernos, lo mejor de las historias, son los desayunos.


Todo empieza con un poema.
Todo empieza con una canción.
Todo empieza con una historia.
Todo acaba cuando llega el BESO.


Lo nuestro empezó con un BESO.
Después del BESO empezó la historia.
Y la historia arrancó con una canción.
Y terminó con un poema.
Un poema que nunca te escribí.
Como aquel cuento.


Siempre fuimos diferentes. Aunque también tengamos nuestro BESO, nuestra historia, nuestra canción y, por supuesto, teóricamente (solo teóricamente) nuestro poema. Y aquel cuento que nunca te escribí.

Ya tengo las tazas para desayunar juntos el resto de las mañanas que deseemos. Cuando vuelvas a quererme. Del poema y el cuento ya hablaremos cuando tengamos el café caliente...







P.D. I: Las tazas las venden aquí: http://bag-apart.com/producto/pack-anniealvy/
Que vuelvas a quererme y desayunemos juntas en ellas no vale 19 €.

P.D. II: Escribir en reglones cortos no hace poesía.