miércoles, 12 de agosto de 2015

No quiero una media naranja, quiero un melón entero





Un melón de esos de piel amarilla. Melonas, creo que les llaman. Redondito a ser posible. De piel amarilla porque me parece más acogedora que la de los de piel de sapo, que es como denominan a los verdes. ¿Quién quiere tener algo relacionado con un batracio cerca? No. Los cuentos de princesas que besan sapos y se convierten en príncipes, nunca me los he creído. Menos aún cuando ni siquiera soy un príncipe, y mucho menos aspiro a una princesa que me bese para serlo.

Quiero un melón.

¿Quién en su sano juicio prefiere una media naranja a un melón entero? De piel amarilla y suavecita, pero consistente. Porque así te quiero de primeras. Aunque tu piel sea más dura y fuerte de lo que aparenta a la vista. Tu piel no es comestible, pero no me agrede. Que lo que me agredan sean tus semillas. Dentro, cuando te coma. Las pipas, como las llaman. Para que entren en mi boca y las expulse una a una, con disimulo. Porque no queda bien nadie escupiendo las pipas de un melón. Pero al menos es un melón. Un melón entero, no una media naranja.

Quiero un melón entero, no una media naranja. Y así cuando te canses de mí, siempre podré agujerearte y meterte treinta segundos en el microondas para luego hacer contigo todas esas guarradas que nunca quisiste porque deseabas ser una media naranja.





P.D.(Innecesaria como de costumbre): La foto no tiene medias naranjas ni melones. De lo que se deduce que no tiene mucho que ver con la historia. Es cierto. Se trata de una mítica escena de “Atlantic City” de Louis Malle, en la que una joven Susan Sarandon se lava con limones mientras el personaje del gángster, un anciano Burt Lancaster, le observa desde otra ventana. Ese personaje deseable, atractivo y joven, hace que el otro cansado y hastiado de todo, por el deseo recupere las ganas de vivir. Creo que tengo esa escena en la cabeza desde que era un niño y tenía muchas ganas de vivir. Ni siquiera sabía lo que eran las medias naranjas ni me hacían puñetera gracia los limones. Y por eso pongo otra foto tras la innecesaria postdata.





¡Limones y melones para tod@s por leer hasta aquí!



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