viernes, 30 de enero de 2015

Olores







Mi ropa sigue oliendo a ti. 
He probado docenas de detergentes y suavizantes diferentes, pero sigue oliendo a ti. 
Incluso he probado detergentes con suavizantes incorporados, de esos que no necesitas comprar las dos cosas porque ya te vienen en uno solo. 
El mundo sigue siendo un lugar estúpido en el que nos acostumbramos a comprar cosas de dos en dos, cosas que son necesarias la una para la otra y que, de repente, se innova y alguien las comercializa juntas, la una incorporada a la otra. 

Lo que hacía tu cama con nuestros cuerpos. 
Lo que hacía mi mente con la tuya. 
Oliendo a ti constantemente. 
Como este puñetero armario lleno de aromas y recuerdos. 
¿Dónde están las polillas y el alcanfor cuando se les necesitan? 

No quiero dejar de oler a ti.









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