jueves, 3 de abril de 2014

Taras infantiles






El otro día conocí a alguien muy extraño. A quien todo el mundo se acercaba con cierto recelo porque le consideraban un raro peligroso o un inadaptado. A mí me fascinó y acabé con él la noche haciendo cosas que muchos considerarían locuras. Eso me hizo pensar.

Me hizo pensar en la aparente inadaptación de muchas personas. Solo aparente. De dónde se viene y a dónde se va. Y encontré respuesta en las taras infantiles. Aquellas cosas que te marcaron cuando eras niño. Lo viviste consciente o inconscientemente, lo que te hicieron, lo que hiciste y sobre todo, lo que dejaste de hacer. Eso que arrastras toda la vida aunque no lo sepas.

A día de hoy todos mis males los he descubierto en forma de taras infantiles. El principal es el que me lleva al fracaso una y otra vez. Fracaso al intentar ahorcarme porque no presté la suficiente atención al taller de nudos cuando era scout.

Y eso es lo peor de todo, aunque los que me rodean me vean normal o adaptado. No puedo ahorcarme porque no presté la suficiente atención en aquel taller de cabullería cuando era niño en los scouts.




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