martes, 17 de julio de 2012

Feliz cuando tú eres feliz




“Hay que saber nadar lo justo para abstenerse de salvar a los otros”
 (“París no se acaba nunca”, Vila – Matas)








Y entonces te miré y lo supe:

- Estoy muy feliz, estoy contenta
Me dijiste.

Y entonces miré tus ojos y lo supe:

- Me hace muy feliz verte feliz
Te dije

Y entonces me miraste desde dentro y lo supe.


Y no volvimos a decirnos nada. Estaba todo dicho. Mis ojos se dejaron a los tuyos y empezaron a brillar con más fuerza debido, seguramente, a la felicidad de la luz que transmitían los tuyos.

Tus ojos brillaron para mí y eso me hizo feliz. Feliz brillé para ti y creí ver que eso te hacía feliz a ti.

Y no hizo falta nada más.

Y a partir de ese momento supe que nunca más tendría miedo.
Y que pasara lo que pasara, siempre sería yo más feliz cuando tú también lo fueras.
Y a partir de ese momento supe que desde aquí, siempre necesitaré mirar la otra orilla para verte feliz.
Y a pesar de que nunca sabré nadar, estaré para la eternidad vigilando esos ojos que me dicen que eres feliz. “Hoy sopla el viento para ti” y me encanta que me dejes despeinarte con todo mi ser.
Y mi felicidad…


Pasara lo que pasara…




B.S.O.: "La otra orilla" (Los Enemigos)



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