domingo, 24 de julio de 2011

Los 27: Elegía por Amy Winehouse y absentas varias


"La mente, la cabeza, es el territorio dormido donde yo decido: Nada debería estar prohibido.
Aunque digan que aquí no podemos hacerlo.”


Sacó la botella de absenta y se puso un chupito.
Lo bebió disimulándose la dificultad.
Se puso otro chupito y ya tuvo que disimular menos.
Al tercer chupito la cosa entraba sin problemas.
Al quinto chupito, lo verde inundaba todo y ya había perdido la cuenta de cuántos llevaba.

La crisis de la edad le había entrado de golpe. Llevaba media vida riéndose de todo aquel que cumplía 33 años a los que cínicamente indicaba que a su edad, Jesucristo había marcado el punto de partida para toda la cultura y el pensamiento occidental para el resto de los tiempos en torno a su figura, y que ellos no habían hecho algo siquiera reseñable por lo que mereciera la pena haber vivido, y que no hubiera cambiado nada si hubieran existido o no. Seis años antes, ella empezó a ser consciente de lo difícil de todo aquello.

Ella cumplía 27 años y lo había empezado a pasar mal meses antes.

Se puso otro chupito de absenta.

Recordó a todas las grandes figuras del rock que murieron, se dejaron o se hicieron morir, a los 27 años.

Pensó todo lo que le hubiera gustado compartir un chupito de absenta con Jim Morrison y simbólicamente puso dos encima de la mesa.
Le pareció de mal gusto ponerle uno a Kurt Cobain porque ella sospechaba que a Kurt no le debía de gustar mucho la absenta.
A Brian Jones y Jimi Hendrix no quería acercarles ningún tipo de líquido por aquello de recordar sus ahogos
Janis Joplin miraba la luna desde su terraza y no quería molestarla para que les acompañara, por lo que se puso otro chupito de absenta para ella sola y brindó por lo lunáticas que se sentían.

Encendió la tele como tantas otras veces, y se sirvió otro chupito de absenta.

Este le costó tragarlo un poco más. Los informativos hablaban de la muerte de Amy Winehouse a los 27 años. Se acaba de dar el pistoletazo de salida al frenético ritmo de los revivals, de las conjeturas sobre su muerte y de la mercantilización de su cadáver y su recuerdo. La leyenda acababa de empezar.


Y ella cumplirá 27 años en unas horas. Se sirvió otro chupito de absenta.

"¡Este va por ti!" Se dijo voz en grito.

Y una lágrima empezó a recorrer su mejilla. No recordaba que nunca nadie hubiera brindado por ella. Ni ella misma.

Se puso otro chupito de absenta y volvió a brindar por todos y cada uno de aquellos mitos de la música muertos a los 27 años, y reparó en Amy por ser la única que estaba viviendo en directo y en el mismo momento. En ese momento se dio cuenta de que el personaje central de su segunda novela, que finge su muerte para ver qué pasa a su alrededor y sobre el que llevaba un año articulando una dolorosa trama, debía hacerlo a los 27 años.

Así, años después, cuando fuera el mito de las letras y la cultura que planeaba ser, y se hagan estudios sobre su obra y su figura, habrá quien diga que, tal día como aquel, en el que Amy Winehouse murió a los 27 años, entre chupito y chupito de absenta, recordando a todos los mitos muertos a los 27 años, horas antes de que ella los cumpliera, decidió dar ese importante detalle a su segunda novela: Su protagonista fingiría su muerte a los 27 años.

Y como quien no quiere la cosa, se puso un chupito de absenta y brindó por ella y por lo que fuera. Y le importó tres narices todo. Y decidió dejar de estar deprimida por estar a punto de cumplir los 27 años.

Y decidió seguir adelante, aunque no supiera muy bien qué coño significaba aquello y qué había que hacer para conseguirlo.

Y se durmió en verde absenta y despertó teniendo 27 años, sin saber muy bien lo que significa estar viva o no estarlo, pero disfrutándolo como si no importara.



Posdata aclaratoria de 27 años (Inútil como de costumbre, innecesaria como siempre):
También murió a los 27 años Ray Heredia, que tenía una canción que cuando lo pasaba tan mal por no llegar a ser grande, le ayudaba a seguir adelante, Alegría de vivir.

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