Sí.
Has venido hasta aquí.
Lo has hecho porque te ha llamado la atención el nombre de unos de los personajes más siniestros de la Historia de la Humanidad. Hay muchos, pero éste tiene, un lugar preferente y está ahora mismo de rabiosa actualidad.
No.
No has venido para verme a mí.
Yo no conocí a Osama Bin Laden. No soy analista político. No soy quién para hacer un juicio de su figura, ni de sus actos. No voy a entrar a analizar si está muerto o no, si está en el fondo del mar o si ni siquiera existe.
Yo sólo he nombrado a Osama Bin Laden para llamar tu atención.
No sé muy bien por qué, pero necesitaba llamar tu atención. Como tantas veces, no voy de cara. Necesito subterfugios extraños, como éste. Necesito hacer cosas raras. Necesito que sepas que existo. Necesito que sepas que estoy aquí.
Hay gente que vive y vivirá de la figura de Osama Bin Laden. Yo sólo lo voy a utilizar para que te acerques a mí. Muchas veces te he mentido. En millones de ocasiones te he dicho medias verdades. Sería imposible contar cuántas veces he disimulado. Ahora sólo estoy utilizando un sucio recurso para que llegues aquí y te acurruques a mi lado.
Estés donde estés, puede que llegues a mí porque te llama la atención una Elegía por Osama Bin Laden. No está aquí, ni es ésto. Dicho así puede quedar feo y rebuscado, pero ha funcionado: Estás aquí, has venido...
Necesito que te acurruques a mi lado. Te noto lejana, te veo fría. Pero soy tan despreciable que utilizaré cualquier recurso que sirva para acercarte a mí nuevamente. Quizás no deberías saberlo, pero he vuelto a esconderme tras un truco barato. Aunque creo que mandar a Osama Bin Laden al fondo del mar no habrá sido nada barato.
¡Es igual!
Para mí no es más que una excusa.
Un pretexto, una coartada, o como lo quieras llamar.
Soy yo.
Estoy aquí.
Y he utilizado a Osama Bin Laden para que sepas que sigo esperando que te acurruques a mi lado.
¡Es igual!
Para mí no es más que una excusa.
Un pretexto, una coartada, o como lo quieras llamar.
Soy yo.
Estoy aquí.
Y he utilizado a Osama Bin Laden para que sepas que sigo esperando que te acurruques a mi lado.
En un twitter por ahí he leído algo así como que "hay que ser muy malo para que te mate un Premio Nobel de la Paz".
En mi cabeza he encontrado miles de razones para explicarme por qué no te acurrucas a mi lado. Quizás deba buscarte en el fondo del mar. Debe ser un buen lugar para morir.
Yo sólo quiero que te acurruques a mi lado.
Aunque tenga que acordarme del fondo del mar…
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