Yo, como todo buen aprendiz de Frank
Sinatra que se precie, perseguí a mi maravillosa Ava Gadner, aunque
me encantara ser un animal de casinos y dejar de lado cualquier
compromiso. No la alcancé y aquí estoy, cantando en un karaoke.
Pero aún la echo de menos.
Quizás mostrarme al mundo me ha hecho
ver tanta mierda que he olvidado que la belleza hay que buscarla. Y
me he empezado a olvidar de la mía. Y aquí estoy, eligiendo qué
canción destrozar en un karaoke.
Buscar la belleza es una de las pocas
cosas que pueden merecer la pena en este mundo hediondo y de mierda.
Cuentan que un día Mae West pasó delante de una fila de personas
que aspiraban a ser extras en alguna película y allí vio a Cary
Grant de cuya belleza se quedó prendada inmediatamente. Fue al
director y le dijo: “si esa cosa sabe hablar, hazle un contrato”.
Yo espero un contrato de lo que sea mientras llega mi turno de hacer
el payaso en un karaoke.
"Reivindico el espejismo
De intentar
ser uno mismo
Ese viaje hacia la nada
Que consiste en la
certeza
De encontrar en tu mirada
La belleza…"
Me doy cuenta de que en este karaoke no
va a quedar bien que cante “La belleza” de Aute. Es más, estoy
convencido de que nadie me va a prestar atención. Quizás sería
mejor que buscara esa de “te voy a escribir la canción más bonita del mundo” de La Oreja de Van Gogh. Da igual. Además, no sé
cantar. Tampoco escribir, pero eso da igual en este karaoke.
Recuerdo que Ramón Trecet decía al
terminar su programa en Radio 3 aquella mítica frase que no debería
olvidar nunca y que tendría que tener de mantra cada día al
despertarme: “Buscad la belleza, es la única protesta que merece
la pena en este asqueroso mundo”. Podría encontrar belleza incluso
en esta borrachera a destiempo y en este karaoke.
Podría hacer muchas cosas, me dejarais
o no, pero lo único a lo que voy a dedicar mis días, siempre que me
acuerde, es a buscar la belleza. Aunque sea destrozando alguna mala
canción en este sucio karaoke...
Por cierto: Karaoke es una palabra
japonesa que significa “orquesta vacía”. Como decía al respecto
Ted Mosby en un capítulo de “Cómo conocí a vuestra madre”
tremendamente borracho, “¿No te parece arrebatadoramente
hermoso?”. Preocupémonos tan solo de buscar la belleza. Es lo
único que merece la pena. Aunque sea en medio de esta orquesta vacía
en la que no hay manera de afinar. O en este karaoke...
P.D.:
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