Cuenta
una leyenda urbana que estabas triste cuando no me veías.
Estabas
melancólica cuando no estaba a tu lado.
Eras
menos feliz cuando yo te faltaba.
Pero
era una leyenda urbana.
Era
una leyenda que difundían irónicamente los que te veían alegrarte
en camas ajenas con cuerpos extraños.
Era
una leyenda que tapaba las excusas de tu malestar llevado al éxtasis
del porque sí.
Yo
sí estaba triste porque no me veías, melancólico por no estar a tu
lado, menos feliz porque me faltabas, y nada era una leyenda urbana.
Quizás
debía tomar cartas en el asunto, pero no es mi estilo. Me he
acostumbrado demasiado a que me las repartan y dejarme llevar por las
normas del juego. Y el juego indicaba que yo ya no estaba a tu lado.
Soñé
con abordarte y convencerte de que no te fueras. Fantaseé con
encontrarte y hacer que me dejaras volver a tu lado.
Pero
sólo se me ocurrió saltar a tu balcón.
Para
enterrar bulbos de tulipanes amarillos en tu arriate.
Algún
día florecerán y serán bellísimos.
Como
tu sonrisa cuando los veas y sepas qué significan.
Aunque
hay muchas leyendas urbanas sobre los tulipanes amarillos.
Más
que sobre ti.
Lo
importante es que algún día florezcan. Porque con los tulipanes
(amarillos o no) nunca se sabe...
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