Dibujé un retrato ecuestre mientras
hablaba por teléfono con ella. Cuando colgué me di cuenta de que me
había salido algo parecido a una amazona con superpechos montada en
una rata gigante. Volví al teléfono y atendí más de lo
conveniente a un agente comercial de una compañía telefónica que
trataba de venderme algo. No están acostumbrados a que las llamadas
duren tiempo porque normalmente la gente cuelga de manera
desagradable con cierta urgencia. Yo tampoco estoy acostumbrado a
escucharlos ni quería que me vendieran nada. Pero pretendía hacer
un dibujo mientras hablaba y la venta de una nueva línea ADSL o el
cambio a unas mejores tarifas de móvil deberían ser lo
suficientemente poco atractivas pero bien detalladas para que
volviera a tratar de dibujar bien el retrato ecuestre que había
intentado mientras hablaba con ella antes. Me salió una tía con
unos pechos superlativos. Ni rastro del caballo. Las tarifas para
móvil eran realmente interesantes y últimamente el ADSL no me va
demasiado bien, pero ni aún así valoré analizarlas demasiado.
Colgué y recordé que ella no tiene unos pechos superlativos. No sé
dibujar pero me encantan las tetas desmesuradas. Y me encanta aún
más ella a pesar de ser bastante plana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario