miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cara o cruz


Cogió la moneda sabiendo que todo se jugaría a cara o cruz. Le gustó el simbolismo y el momento de todo o nada, más que el de doble o mitad que, aunque lo parezca o lo sugieran, no es ni de lejos lo mismo. Cara o cruz. La moneda. Se acercó a la barra y se dispuso a dársela a aquella camarera que no sabía nada del tema. Para aquella camarera el conflicto de cara o cruz de una moneda no tiene el menor interés porque ella cobra en billetes. En billetes de dinero negro, pero billetes a fin de cuentas. Y su único cara o cruz es saber si todos los billetes que le corresponden cada noche van a llegar en su número correcto o mayor (solía cobrar más cuando la noche iba bien, el jefe estaba contento y ella iba deliciosamente vestida para el regocijo de la clientela) o la farlopa de la que todos están manchados iba a hacer que llegara a casa con menos de lo previsto. Y su cara bonita se convertiría en cruz al mirarse en el espejo al día siguiente con la mitad izquierda del cerebro gritando y recordando que meterse tanto se cobraba sus facturas con pagarés a pocas horas vista.



La moneda, la barra, la camarera que esperaba el pago. El cara o cruz en la mano. ¿Y si el destino de la humanidad o del mundo tal y como lo conocemos estuviera en aquella moneda y en el azar de la cara o la cruz? Su mundo seguro. Tal y como él lo conocía. Estaba todo pendiente de aquella moneda y de aquel cara o cruz.
Ni la camarera, ni nadie de aquel local sabían lo importante de aquella moneda y de aquel cara o cruz. Porque a ellos, seguro que no les afectaba. Pero el mundo estaba a punto de cambiar...


B.S.O.: "A cara o cruz" (Radio Futura)





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