jueves, 17 de mayo de 2012

Obsesiones y Parafilias (Volumen 14): De planes dominicales, psicópatas y amores eternos




PARTE I:

 "Mi chico ha encontrado entretenimiento en su jardín"


Todos los domingos acostumbra a regar su jardín. Sobre todo la zona vallada. A esa sólo tiene acceso él. Mima y cuida cada centímetro de tierra y cada brote que crece en esa parte del jardín. Es su jardín.

Su pareja admira la dedicación que pone a ese pedacito de tierra. Nunca lo ha visto tan interesado en algo, pero piensa que es bueno para él. Después de todo, llevaba un tiempo muy crispado y con los nervios a flor de piel y desde que lo compró, cercó ese trocito de jardín y empezó a cuidarlo todo va mejor y hasta se la ve más alegre y risueño.

Incluso parece que en poco tiempo puede que el jardincito vallado dé fruto porque las matas están empezando a brotar de buena manera. Puede que sea lo que ha intentado darle siempre, lo que él solito ha encontrado en el huerto y eso es bueno para los dos. Sobre todo para ella.

Y eso le alegra.

Le mira desde la ventana ensimismado con las plantas. Es placentero mirarle y saber que todo va bien desde que valló esa parte del jardín. No se atreve aún a preguntar por qué echa sangre a la tierra, y mucho menos sugerir que pueda hacerse daño si sigue haciéndolo. Aún es demasiado pronto para discutir. Aún está todo demasiado reciente y lo importante es que empiece a estar bien como él crea mejor. 

Luego buscarán la manera de empezar a estar realmente bien.
Los dos...


PARTE II:

"Mi jardín es mi refugio. Es todo lo que tengo y es todo lo que necesito"


Puede que en unos días empiecen a crecer las tomateras. Esto va realmente bien. Aquí está todo. Aquí tiene lo que necesito. Aquí está lo único que le importa en esta vida. 

Nunca creyó que fuera a encontrarlo. Sabe que no es lo mismo, pero quizás sea la mejor manera de estar unidos para siempre. 

Su chica no lo entiende, pero le respeta. Sabe que se preocupa por él, pero no piensa nunca compartir lo que tiene en su jardín. Es su edén, su paraíso. Es lo único que tiene y lo único que le hace levantarse por las mañanas. Sabe que le mira desde la ventana y que se preocupa por él. Es muy buena, y sabe que sólo quiere lo mejor para él, pero él es más importante que todo eso. Después de lo mal que lo había pasado esos últimos tiempos, esto es lo más parecido a un paraíso que puede encontrar.

Le agradece su discreción. Le agradece que no se quiera meter en esto. Seguramente no lo entendería. Seguramente dejaría de estar a su lado, o algo peor.

Cree que últimamente se ha dado cuenta de que riega con un poco de su sangre las zonas importantes del jardín, pero no le ha dicho nada. Me vale así. No quiere inventarse excusas estúpidas. No quiere discutir con ella, es muy buena con él.

Está bien a su lado, pero si le hace elegir saldría perdiendo. Su jardincito es lo único que le importa a día de hoy. Si paraíso vallado es lo único que hace que el día a día sea cada vez más bonito y placentero

Las verduras crecen en la tierra abonada por sus restos. 


("El Sabor del Te" Katsuhito Ishii)



PARTE III: 

"Toda historia, de jardines o no, tiene un principio en un piso compartido y en un amor no correspondido"


Nunca le gustó la jardinería. Nunca pensó en cuidar con tal dedicación unas plantas. De joven tuvo una planta de marihuana en su habitación de aquel piso compartido, pero no es lo mismo. 

El la habitación del piso compartido donde la conoció.

Ángela le enamoró desde el primer día que se vieron. Desde aquella entrevista para pasar a ser el inquilino de la habitación de aquel piso compartido.

Ángela era la líder del piso. Vivaz, chispeante y preciosa. Atractiva hasta decir basta e inteligente hasta saber todo lo que a otros le gustaría y necesitarían saber.

Todo el mundo que pasaba por aquel piso sabía que estaba enamorado de Ángela. Todo el mundo sabía que haría cualquier cosa por conseguirla. Todos menos Ángela. O al menos, eso parecía, porque no es posible que conviviendo y siendo tan inteligente como era no se diera cuenta.



PARTE IV:

"Ahora tengo el jardín que siempre quiso tener la chica que siempre quise tener yo"


Vallado. 

A punto de dar fruto. Las plantas crecen bonitas y sanas. Las cenizas de Ángela (suena a libro no leído o a película no vista) forman parte del sustrato del jardín.

Vallado.

Para que nadie entre. Solo ella y él. Así es hoy su jardín.

Se empeñó en comprar ese pedazo de tierra en aquella antigua casa. La vida parecía devorarle después de la desaparición de la que había sido el amor (nunca consumado) de su vida.

Es curioso como alguien te puede atrapar sin responder nunca a tus demandas. Así estaba él con respecto a Ángela. Así acabó todo. 

El día después de que le echaran del grupo todo se precipitó. Su único refugio era la música y al verse fuera de aquel grupo dejó aflorar todo lo que tenía dentro. Algunos sabían que era un psicópata que componía y tocaba música para evitar pensar en el asesinato, en el suicidio, en la maldad.

Todos tenemos un pequeño o gran psicópata dentro al que adormecemos, drogamos, anulamos, escondemos, haciendo algo que lo aplaque. Él tenía la música y su obsesión por Ángela. Cuando la música salió de su vida, su obsesión por Ángela acabó en un último acercamiento frustrado que la condujo a aquel descampado donde la enterró fríamente.
Compró la tierra y pensó en dejarla salvaje, como era Ángela, y alquilarla para que pastasen las ovejas. Pensó que si fornicaba con las ovejas que habían comido la hierba que crecía de sus restos, siempre tendrá la sensación de estar follándose constantemente a la chica que nunca le quiso besar.

Después vino lo de plantar tomates.

Ansía la llegada del verano lleno de gazpachos de amor. De amor psicópata. 

Dicen que ha vuelto a tocar la guitarra y componer canciones. 
Dicen que es otro desde que se mudó al campo. 
Dicen que su pareja le ha hecho mucho bien. 
Dicen muchas cosas...

Sólo él sabe que tuvo que pensarlo mejor antes, pero todos sabemos que hacemos algo para no dejar salir al exterior el psicópata que todos llevamos dentro. 

Él lo tiene controlado… De momento. 

Y sueña con beber gazpacho a todas horas en cuanto broten los tomates…





B.S.O. :

 “Soy un animal” (Los Toreros Muertos)

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