Abres ese libro por una página al azar. En mitad de la página de la derecha lees un párrafo destacado:
“Se miró en el espejo y no encontró lo que buscaba.
Decidió no volver a mirarse en ningún espejo jamás.
La gente le supuso vampiro,
pero realmente era timidez e inseguridad.
Y quizás miedo a romperlo y tener siete años de mala suerte.
Pero eso no lo sabía nadie.”
Cierras el libro y te vas a dormir.
Sin perturbarte, sin perder el sueño.
Los espejos no representan problemas para ti.
Aún no lo sabes…
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