"Lo que cuenta simplemente es ese momento de pánico y no su explicación"
(René Magritte)
Te plantaste delante del cuadro.
Ya lo conocías.
Llevabas toda una vida esperando contemplarlo al natural, de cerca.
Te excitaste.
No por motivos artísticos o por su calidad pictórica.
Te excitaste sexualmente.
Y ahora vienes a mí con que te preocupa, confesándomelo.
No soy quién para valorar cómo se excita cada una.
No soy quién para casi nada en cuestiones de excitación.
No soy quién.
Yo misma me descubrí excitada un día con la música del Telediario.
“La excitación no se puede controlar”, me dijiste un día para justificar que te acostaras con otras mientras decías que a quien realmente deseabas era a mí.
“La excitación no se puede controlar”, te digo hoy para que no te preocupe sentir dentro de ti ese ardor sexual al contemplar Los amantes de Magritte.
Me miras y piensas que no te entiendo y que no deberías habérmelo contado.
Lo peor de todo es que conozco esa mirada y te entiendo.
Y que no deberías habérmelo contado...
Atentamente,
tu excitada exploradora,
besos.
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