En la esquina de siempre, donde solía ver al indigente de costumbre, una figura misteriosa le sorprendió:
- Buenos días, número 2. Soy el Demonio.
- ¿Cómo dice?
- Ya me has oído… Soy el Demonio y estoy muy descontento contigo últimamente. Tu comportamiento no está siendo nada adecuado.
- ¿Quién es usted para decirme cómo me estoy portando últimamente?
- Por última vez: Soy el Demonio y he venido a hacerte una advertencia. Últimamente te estás portando demasiado bien. Tenlo en cuenta.
Dicho lo cual, se esfumó tras una cortina de humo en las narices de Número 2.
Número 2 no le dio demasiada importancia. No solía dar importancia a casi nada, y menos a alguien que dice ser el Demonio y que le indica cómo tiene que comportarse.
Día 2: Preparativos del baile.
Número 2 salió de casa como todas las mañanas, apresuradamente, temiendo llegar tarde a su lugar de trabajo.
En la esquina de siempre, donde solía ver al indigente de costumbre, y donde el día anterior le pareció haber visto al Demonio, una figura misteriosa le sorprendió:
- Buenos días, número 2. Soy el Ángel Caído.
- ¿Cómo dice?
- Ya me has oído… Soy el Ángel Caído y estoy muy descontento contigo últimamente. Tu comportamiento no está siendo nada adecuado.
- ¿Quién es usted para decirme cómo me estoy portando últimamente?
- Por última vez: Soy el Ángel Caído y he venido a hacerte una advertencia. Últimamente te estás portando demasiado bien. Tenlo en cuenta.
Dicho lo cual, se esfumó tras una cortina de humo en las narices de Número 2.
Número 2 no le dio demasiada importancia. No solía dar importancia a casi nada, y menos a alguien que dice ser el Ángel Caído y que le indica cómo tiene que comportarse.
Y además, ahora llovía sobre mojado. ¿El Ángel Caído no es el Demonio? ¿Estaba llegando tarde de nuevo al trabajo por distraerse con tonterías por la calle?
Día 4: El día después del baile.
Hace tiempo que Numero 2 vive en una resaca permanente. Cuando bebes tanto y tan a menudo, lo único destacable que te pasa es que no te da tiempo a distinguir el estado resacoso del resto de los estados para los que una persona como Número 2 está preparada. Se ha portado mal, como de costumbre… Y eso le alegra.
Si vas a un baile, bebes moderadamente y te portas bien, eres un imbécil.
Si vas a un baile, bebes, te drogas y te portas mal, eres un crápula.
Número 2 era una auténtica crápula.
Número 2 no le hace caso ni al Demonio, ni al Ángel Caído, ni al Diablo: Está por encima de todos ellos. Está por encima de ella misma. Número 2 es única, y si baila con alguien, bebe con alguien, se droga con alguien… Es porque ELLA quiere. Y eso le hace cada vez más feliz. Y ser cada vez más feliz le aleja del Infierno.
Número 2 es un cielo, aunque ella todavía no lo sepa. Aunque sea muy mala…
Día 3: Ever dance with the devil in the pale moonlight?
Número 2 no recordaba.
Es lo bueno de algunas resacas.
Y también lo malo…
Es lo bueno de algunas resacas.
Y también lo malo…
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