"¿Qué quieres ser de mayor?"
Quizás la pregunta más aterradora que se le puede hacer a alguien.
Nunca he sabido responderla. Nunca sabré hacerlo. “No quiero ser como tú” es de las pocas respuestas que me han convencido y que he utilizado, pero viniendo de un mocoso que no levantaba más de dos palmos del suelo me dio más disgustos que parabienes.
Ahora dicen que me he hecho mayor. Pero sigo sin tener la respuesta. Quizás no me haya hecho mayor. Quizás no vaya a serlo nunca. Quizás no vaya a ser nunca.
Soñé miles de cosas interesantes que ser cuando creciera: Actor de culebrones, el Gran Wyoming, Dennis Rodman, afinador de pianos, cultivador de perejil, capo de un importante cartel de drogas internacional, Papa (No confundir con “papá”), estrella del rock'n'roll muerta a los 27 años, madamme de un burdel parisino de alto standing, despreciable ricachón de buena familia, Eric Cantona, caudillo en una isla tropical, bufón en tu corte, Keith Richards, guionista de Los Simpsons, suicida fracasado o musa de un artista decadente…
¿Dónde está El Jardín de las Delicias cuando se le necesita?
En la adolescencia, alguien a quien trataba de ligarme aunque yo no lo supiera (solía y suele pasarme), seguramente fascinada por mi aura de misterio y mi irresistible atracción personal se interesó por mí y lo que le contaba. Quiso saber más de mí y yo le dije que quería ser periodista, a lo que ella contestó que para escribir no hacía falta ser periodista y que yo seguramente querría ser escritor, no periodista. Unos segundos después me besó. Bueno, realmente no pasó así, pero así queda más literario. Unas horas después estaba en la cama de su amiga fea comiéndome la cabeza (yo a mí mismo) sobre lo que habría querido decir aquella chica.
A día de hoy, sigo fantaseando con lo que llegará, pero sólo a ratos. A día de hoy soy consciente de que el futuro ya no es lo que iba a ser. A día de hoy puede que los Pistols tuvieran razón y no haya futuro para mí.
¿Vale de algo hacer algo?
¿Vale la pena?
¿Qué quiero ser de mayor? ¿Lo sabe usted? |
Hay cosas en un futuro no existente que nunca estarán allí por decisiones tomadas en el pasado. En el pasado que es presente nos engañamos para tomar decisiones en vistas a un futuro que no comprendemos, ni conseguimos que sea como imaginamos. Y de eso, sólo nos daremos cuenta ayer…
Admiramos a los luchadores que desde niños han peleado por su sueño, pero no sabemos hasta qué punto el resultado merece la pena.
Aterra la inmensidad de encontrar un futuro que no es como nos dijeron que sería. Pero el futuro ya está aquí y está empezando a ser pasado mientras pierdo el tiempo en estas líneas. Mañana no será. Ni siquiera esta noche. Y por mucho que nos empeñemos, ni siquiera hay coches voladores como nos prometieron.
¿Se puede vivir sin querer ser nada?
¿Se puede vivir sin querer?
¿Se puede vivir?
¿Qué quieres ser de mayor?
Yo quiero ser catador
¿Qué quieres ser de mayor?
Yo ni siquiera sé qué quiero ser de mayor.
Y cada vez me siento más pequeño...
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